Imagen de Google Jackets

Liquidez y solvencia Expreso

Por: Detalles de publicación: Guayaquil Expreso 2015Descripción: p. 8Tema(s): Recursos en línea: En: Expreso Año 42 N° 15191 (9 feb. 2015)Resumen: La distinción entre liquidez y solvencia es clara cuando se trata de dar criterios técnicos, y escurridiza, cuando se trata de discusiones entre políticos. La liquidez, para evitar cualquier duda, se refiere a la capacidad para efectuar el servicio de los pasivos y extinguir las obligaciones, y es como tal un concepto de flujo. La solvencia es, por contraste, la capacidad para respaldar con activos y patrimonio las obligaciones de la persona, empresa o país. Los conceptos sin embargo se entremezclan pues un agente de mercado que es solvente es normalmente también líquido, y quien tiene liquidez es normalmente solvente. Es precisamente el traslapo entre los conceptos lo que permite practicar el fino arte de la decepción cuando los políticos buscan excusas para sus acciones. Somos testigos del desenlace en curso en Grecia, y se trata del mejor ejemplo de un país insolvente al que se pretendió rescatar aduciendo un problema de liquidez. La medicina administrada requirió duplicar el endeudamiento e imponer un régimen de austeridad que cualquier cálculo elemental habría determinado como imposible de lograr. Efectivamente, la economía griega se contrajo 25% y el desempleo entre los jóvenes alcanzó el 60%; los efectos en la distribución fueron catastróficos, causando los mayores estragos entre los grupos más vulnerables. El resultado es el triunfo de Syriza y de su joven líder Alexander Tsipras, quienes ganaron la elección comprometiéndose a repudiar la austeridad, denunciar el plan de salvataje, terminar con las privatizaciones, cobrar impuestos, y, aunque no admitido, si fuere del caso, salir del euro. Los nuevos gobernantes deben ahora mantener la distancia entre la feroz retórica de denuncia y la realidad de un país en soletas. El Banco Central Europeo ya anunció que no acepta como colateral los papeles emitidos por el Gobierno griego, y los gobernantes proponen una fórmula de pago atada al crecimiento de la economía, fórmula que ya fracasó con la Argentina. Los contribuyentes alemanes, finalmente, no están dispuestos a seguir pagando las cuentas de los griegos.
Etiquetas de esta biblioteca: No hay etiquetas de esta biblioteca para este título. Ingresar para agregar etiquetas.
Valoración
    Valoración media: 0.0 (0 votos)
No hay ítems correspondientes a este registro

La distinción entre liquidez y solvencia es clara cuando se trata de dar criterios técnicos, y escurridiza, cuando se trata de discusiones entre políticos. La liquidez, para evitar cualquier duda, se refiere a la capacidad para efectuar el servicio de los pasivos y extinguir las obligaciones, y es como tal un concepto de flujo. La solvencia es, por contraste, la capacidad para respaldar con activos y patrimonio las obligaciones de la persona, empresa o país. Los conceptos sin embargo se entremezclan pues un agente de mercado que es solvente es normalmente también líquido, y quien tiene liquidez es normalmente solvente. Es precisamente el traslapo entre los conceptos lo que permite practicar el fino arte de la decepción cuando los políticos buscan excusas para sus acciones. Somos testigos del desenlace en curso en Grecia, y se trata del mejor ejemplo de un país insolvente al que se pretendió rescatar aduciendo un problema de liquidez. La medicina administrada requirió duplicar el endeudamiento e imponer un régimen de austeridad que cualquier cálculo elemental habría determinado como imposible de lograr. Efectivamente, la economía griega se contrajo 25% y el desempleo entre los jóvenes alcanzó el 60%; los efectos en la distribución fueron catastróficos, causando los mayores estragos entre los grupos más vulnerables. El resultado es el triunfo de Syriza y de su joven líder Alexander Tsipras, quienes ganaron la elección comprometiéndose a repudiar la austeridad, denunciar el plan de salvataje, terminar con las privatizaciones, cobrar impuestos, y, aunque no admitido, si fuere del caso, salir del euro. Los nuevos gobernantes deben ahora mantener la distancia entre la feroz retórica de denuncia y la realidad de un país en soletas. El Banco Central Europeo ya anunció que no acepta como colateral los papeles emitidos por el Gobierno griego, y los gobernantes proponen una fórmula de pago atada al crecimiento de la economía, fórmula que ya fracasó con la Argentina. Los contribuyentes alemanes, finalmente, no están dispuestos a seguir pagando las cuentas de los griegos.

No hay comentarios en este titulo.

para colocar un comentario.