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ODIO AL PRIVADO

Por: Tema(s): En: Hoy 14 de mayo 2012, p. 4Resumen: Los Gobiernos deberían facilitar la vida de los ciudadanos y no complicarles. Las autoridades públicas están llamadas a fijar normas, establecer políticas, dentro de los cuales los ciudadanos podemos movernos con libertad, ser creativos, apoyar el crecimiento económico y el empleo y colaborar para el progreso de país. Consta esto solo en el papel. El crédito a la vivienda es uno de los segmentos del crédito bancario que más ha crecido. Su cartera es muy sana, inferior en promedio del 2 por ciento de la cartera total colocada, tiene impactos positivos en el empleo, promueve otros sectores que proveen de insumos, es decir, es una de las actividades que más aporta a la economía. Esto no parece ser entendido por el gobierno y por la mayoría oficialista de la Asamblea. Podríamos hasta exagerando aceptar reformas para la garantía del inmueble pero es inaceptable obligar al sector a prestar a determinada actividad sin siquiera analizar si el banco conoce ese mercado o si su negocio está o no en ese segmento. ¿Qué les parecería si a los que venden llantas les obligan a vender la mitad en el sur de Quito y la otra mitad en el norte, no es ridículo acaso? ¿Cómo puede decidir el gobierno cómo presta y a quien un banco? Un tema es que supervise, controle y se establezca políticas, otra es que metan la nariz en el negocio. Incentivo perverso las garantías, sobre todo de vehículos, al extinguirse la deuda con el carro ya depreciado. ¡Qué odio al privado!, se esfuerzan por complicarlo todo.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Hoy. 14 de mayo 2012, p. 4 Disponible

Los Gobiernos deberían facilitar la vida de los ciudadanos y no complicarles. Las autoridades públicas están llamadas a fijar normas, establecer políticas, dentro de los cuales los ciudadanos podemos movernos con libertad, ser creativos, apoyar el crecimiento económico y el empleo y colaborar para el progreso de país. Consta esto solo en el papel. El crédito a la vivienda es uno de los segmentos del crédito bancario que más ha crecido. Su cartera es muy sana, inferior en promedio del 2 por ciento de la cartera total colocada, tiene impactos positivos en el empleo, promueve otros sectores que proveen de insumos, es decir, es una de las actividades que más aporta a la economía. Esto no parece ser entendido por el gobierno y por la mayoría oficialista de la Asamblea. Podríamos hasta exagerando aceptar reformas para la garantía del inmueble pero es inaceptable obligar al sector a prestar a determinada actividad sin siquiera analizar si el banco conoce ese mercado o si su negocio está o no en ese segmento. ¿Qué les parecería si a los que venden llantas les obligan a vender la mitad en el sur de Quito y la otra mitad en el norte, no es ridículo acaso? ¿Cómo puede decidir el gobierno cómo presta y a quien un banco? Un tema es que supervise, controle y se establezca políticas, otra es que metan la nariz en el negocio. Incentivo perverso las garantías, sobre todo de vehículos, al extinguirse la deuda con el carro ya depreciado. ¡Qué odio al privado!, se esfuerzan por complicarlo todo.

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