DOS VICIOS CRONICOS AMENAZAN AL IESS
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DOS VICIOS CRONICOS AMENAZAN AL IESS
El diputado Antonio Posso, de Pachakutik, revive su propuesta de permitir que los afiliados del Instituto de Seguridad Social (IESS) retiren sus fondos de reserva cada tres años. Actualmente, ese dinero solo puede ser retirado, en general, por los afiliados al momento de su jubilación. Los fondos de reserva se nutren del salario extra que los empleadores abonan por cada uno de sus trabajadores que tienen un año de antigüedad o más en sus cargos. Como las jubilaciones en el Ecuador son tan bajas y los trabajadores no tienen la posibilidad de cotizar en un sistema privado ni de elegir a su administrador de pensiones, los fondos de reserva actúan como un ahorro extra para mejorar un poco esta situación. Para el IESS, los fondos de reserva son un apoyo que lo ayuda a enfrentar una realidad preocupante: el número de los afiliados crece dos veces más que la cantidad de dinero que la seguridad social recauda para hacer frente, en el futuro, a las jubilaciones de los aportantes. Por eso, hablar de devolver el dinero de los fondos de reserva es sentar las bases para que el IESS incluso se descapitalice, es decir, para que se quede, finalmente, sin dinero con qué pagar a las personas cuando se jubilen o cuando se pensionen. La propuesta de Posso no es más que la expresión de dos fenómenos que le han cerrado y le siguen cerrando las puertas del desarrollo al Ecuador: uno, una tendencia crónica a la irresponsabilidad y a considerar solamente el corto plazo. Dos, una demagogia política interesada por cuya causa han naufragado todas las iniciativas tendientes a modernizar al país.
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El diputado Antonio Posso, de Pachakutik, revive su propuesta de permitir que los afiliados del Instituto de Seguridad Social (IESS) retiren sus fondos de reserva cada tres años. Actualmente, ese dinero solo puede ser retirado, en general, por los afiliados al momento de su jubilación. Los fondos de reserva se nutren del salario extra que los empleadores abonan por cada uno de sus trabajadores que tienen un año de antigüedad o más en sus cargos. Como las jubilaciones en el Ecuador son tan bajas y los trabajadores no tienen la posibilidad de cotizar en un sistema privado ni de elegir a su administrador de pensiones, los fondos de reserva actúan como un ahorro extra para mejorar un poco esta situación. Para el IESS, los fondos de reserva son un apoyo que lo ayuda a enfrentar una realidad preocupante: el número de los afiliados crece dos veces más que la cantidad de dinero que la seguridad social recauda para hacer frente, en el futuro, a las jubilaciones de los aportantes. Por eso, hablar de devolver el dinero de los fondos de reserva es sentar las bases para que el IESS incluso se descapitalice, es decir, para que se quede, finalmente, sin dinero con qué pagar a las personas cuando se jubilen o cuando se pensionen. La propuesta de Posso no es más que la expresión de dos fenómenos que le han cerrado y le siguen cerrando las puertas del desarrollo al Ecuador: uno, una tendencia crónica a la irresponsabilidad y a considerar solamente el corto plazo. Dos, una demagogia política interesada por cuya causa han naufragado todas las iniciativas tendientes a modernizar al país.
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