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LA UE DEBE AYUDAR A GRECIA

Por: Tema(s): En: Hoy 16 oct. 2011, p. 5Resumen: Helmut Schmidt, ex canciller de la RFA de los años setenta, editor de Die Zeit (El Tiempo), expone en una entrevista sus opiniones sorprendentes sobre la Unión Europea (Die Zeit, Magazin, octubre, 2011). La deuda actual de los Estados europeos es un problema entre otros, afirma. Manifiesta que más problemática que la deuda de los Estados es la globalización de la libertad sin fronteras de los mercados financieros. Se cita la historia de la crisis del año 2008, cuando el banco norteamericano Lehmann Brothers declaró insolvencia. Entonces, no se trató de una insolvencia estatal sino de la crisis de gran número de instituciones financieras, que tuvieron que ser salvadas por sus Estados. El ex mandatario nombra a los responsables: en los llamados mercados financieros, habría funcionarios inteligentes, pero "idiotas" (sic) tuertos de un ojo. Son ciegos del ojo que debería ver por el bienestar social, y al mismo tiempo, no tienen conciencia responsable: con el otro ojo, "codician" los beneficios de la propia bonificación. Por eso, deberían ser sometidos a un control riguroso. Una regulación más severa no solucionará los problemas de la deuda estatal, pero resolverá los de las reacciones psicóticas (sic) de los mercados globales de finanzas. Estos constan de miles y miles de comerciantes de divisas y efectos negociables, cuyos agentes son -en muchas ocasiones- desconocidos por los gerentes bancarios. Schmidt asegura que una voluntad firme de los Gobiernos, unidos dentro de la moneda comunitaria del Euro, estaría en situación de refrenar a los mercados de finanzas. No se reconoce aún tal voluntad de los Estados, pero no se descarta su posibilidad. Si tiene lugar una insolvencia interina del Estado heleno, sería para Grecia y los europeos una enorme desgracia, pero no constituiría un desastre existencial. Eso vale de igual manera para las consecuencias tanto económicas como políticas. Posiblemente, pesarían más las consecuencias políticas: los 27 Estados de la Unión harían la experiencia de la falta de solidaridad y decaería definitivamente su confianza en ella. Por esas razones, concluye Schmidt, los Estados de la UE deben ayudar a Grecia.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Hoy. 16 oct. 2011, p. 5 Disponible

Helmut Schmidt, ex canciller de la RFA de los años setenta, editor de Die Zeit (El Tiempo), expone en una entrevista sus opiniones sorprendentes sobre la Unión Europea (Die Zeit, Magazin, octubre, 2011). La deuda actual de los Estados europeos es un problema entre otros, afirma. Manifiesta que más problemática que la deuda de los Estados es la globalización de la libertad sin fronteras de los mercados financieros. Se cita la historia de la crisis del año 2008, cuando el banco norteamericano Lehmann Brothers declaró insolvencia. Entonces, no se trató de una insolvencia estatal sino de la crisis de gran número de instituciones financieras, que tuvieron que ser salvadas por sus Estados. El ex mandatario nombra a los responsables: en los llamados mercados financieros, habría funcionarios inteligentes, pero "idiotas" (sic) tuertos de un ojo. Son ciegos del ojo que debería ver por el bienestar social, y al mismo tiempo, no tienen conciencia responsable: con el otro ojo, "codician" los beneficios de la propia bonificación. Por eso, deberían ser sometidos a un control riguroso. Una regulación más severa no solucionará los problemas de la deuda estatal, pero resolverá los de las reacciones psicóticas (sic) de los mercados globales de finanzas. Estos constan de miles y miles de comerciantes de divisas y efectos negociables, cuyos agentes son -en muchas ocasiones- desconocidos por los gerentes bancarios. Schmidt asegura que una voluntad firme de los Gobiernos, unidos dentro de la moneda comunitaria del Euro, estaría en situación de refrenar a los mercados de finanzas. No se reconoce aún tal voluntad de los Estados, pero no se descarta su posibilidad. Si tiene lugar una insolvencia interina del Estado heleno, sería para Grecia y los europeos una enorme desgracia, pero no constituiría un desastre existencial. Eso vale de igual manera para las consecuencias tanto económicas como políticas. Posiblemente, pesarían más las consecuencias políticas: los 27 Estados de la Unión harían la experiencia de la falta de solidaridad y decaería definitivamente su confianza en ella. Por esas razones, concluye Schmidt, los Estados de la UE deben ayudar a Grecia.

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