APAGANDO LA LUZ
Tema(s): En: Hoy 21 jun. 2011, p. 4Resumen: Los últimos años, en razón de la tecnología, si se va la luz, también se van el teléfono y el agua. Y como ya nadie usa máquinas de escribir sino que todo está computarizado, al irse la luz, uno se queda, aparte de incomunicado y sucio, también descerebrado. La luz no es, por tanto, un lujo, sino un coprotagonista fundamental del trabajo, la tecnología y el desarrollo. Sugerir que se "apague la luz" puede ser una buena orden del padre de familia a la prole a fin de ahorrar dinero del presupuesto mensual, pero jamás puede ser una política de Estado. Decirlo a escala política es un consejo anacrónico que conspira contra el deber del estadista de volver eficiente lo ineficiente, honrado lo corrompido y justo lo incorrecto. Las cargas tributarias en el Ecuador constituyen un impuesto al progreso. Las parejas de jóvenes recién casados con títulos universitarios y que forman nuestra nueva clase media profesional tienen una alta carga tributaria: vehículos, Impuesto a la Renta anticipado, predios urbanos y tasa de recolección de basura. Casi un 40 por ciento de sus ingresos se les va en impuestos. No hay ahorro posible. Ni apagando la luz.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Hoy. 21 jun. 2011, p. 4 | Disponible |
Los últimos años, en razón de la tecnología, si se va la luz, también se van el teléfono y el agua. Y como ya nadie usa máquinas de escribir sino que todo está computarizado, al irse la luz, uno se queda, aparte de incomunicado y sucio, también descerebrado. La luz no es, por tanto, un lujo, sino un coprotagonista fundamental del trabajo, la tecnología y el desarrollo. Sugerir que se "apague la luz" puede ser una buena orden del padre de familia a la prole a fin de ahorrar dinero del presupuesto mensual, pero jamás puede ser una política de Estado. Decirlo a escala política es un consejo anacrónico que conspira contra el deber del estadista de volver eficiente lo ineficiente, honrado lo corrompido y justo lo incorrecto. Las cargas tributarias en el Ecuador constituyen un impuesto al progreso. Las parejas de jóvenes recién casados con títulos universitarios y que forman nuestra nueva clase media profesional tienen una alta carga tributaria: vehículos, Impuesto a la Renta anticipado, predios urbanos y tasa de recolección de basura. Casi un 40 por ciento de sus ingresos se les va en impuestos. No hay ahorro posible. Ni apagando la luz.
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