LA ECONOMIA, AL DESNUDO
Tema(s): En: Hoy 13 abr. 2010, p. 5Resumen: El Servicio de Rentas Internas (SRI) informó que el 50 por ciento de empresas que declararon Impuesto a la Renta en el país no podrá repartir utilidades entre sus trabajadores porque su rentabilidad fue de cero. Esa es una de las secuelas de la crisis económica y de la crisis financiera internacional, cuyos coletazos llegaron al Ecuador, pese a las declaraciones optimistas de las autoridades. Una economía que solo se sustenta en el Estado tiene pocas perspectivas para crecer. Los resultados están a la vista y la clase más golpeada es la trabajadora. El Estado no debe ser un Leviatán que todo lo acapare. Aún hay tiempo de corregir; todos los países prósperos, como Chile, por ejemplo, han surgido gracias a un tácito acuerdo entre Gobierno y empresarios. El primero es el encargado de dar reglas claras y un ambiente favorable para que los segundos inviertan con lo que crean empleos y pagan impuestos. El Gobierno debe entender que, si no hay incentivos para las inversiones, la economía seguirá de tumbo en tumbo y los perjudicados al final seremos todos los ecuatorianos. En momentos de crisis, es cuando más se necesita un trabajo muy estrecho de todos los sectores, de la macroeconomía y la economía real.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Hoy. 13 abr. 2010, p. 5 | Disponible |
El Servicio de Rentas Internas (SRI) informó que el 50 por ciento de empresas que declararon Impuesto a la Renta en el país no podrá repartir utilidades entre sus trabajadores porque su rentabilidad fue de cero. Esa es una de las secuelas de la crisis económica y de la crisis financiera internacional, cuyos coletazos llegaron al Ecuador, pese a las declaraciones optimistas de las autoridades. Una economía que solo se sustenta en el Estado tiene pocas perspectivas para crecer. Los resultados están a la vista y la clase más golpeada es la trabajadora. El Estado no debe ser un Leviatán que todo lo acapare. Aún hay tiempo de corregir; todos los países prósperos, como Chile, por ejemplo, han surgido gracias a un tácito acuerdo entre Gobierno y empresarios. El primero es el encargado de dar reglas claras y un ambiente favorable para que los segundos inviertan con lo que crean empleos y pagan impuestos. El Gobierno debe entender que, si no hay incentivos para las inversiones, la economía seguirá de tumbo en tumbo y los perjudicados al final seremos todos los ecuatorianos. En momentos de crisis, es cuando más se necesita un trabajo muy estrecho de todos los sectores, de la macroeconomía y la economía real.
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