DISPARATES FISCALES
Tema(s): En: Dinero, Diario de Negocios 15 mar. 2010, p. 2Resumen: En los dos primeros meses de 2010, el gasto del presupuesto apenas supera los 1 000 millones. Por enero y febrero se habría destinado a sueldos unos 420 millones cuando la media mensual se acerca a los 400 millones, sin contar con nuevos aumentos aprobados en febrero para los ministerios y entidades, y los que vendrán para el Magisterio. Se deduce que gran parte de los sueldos de febrero se cubrieron en el mes de marzo. Para bienes y servicios, se destinaron unos 48 millones, solo el 6 por ciento de la asignación anual. Son obvias las carencias fiscales en apenas dos meses, refrendadas en valores mínimos y hasta negativos en las cuentas a disposición del tesorero de la Nación. En los albores del año, estos números solo auguran incertidumbre en el futuro económico y fiscal e invitan a valorar las responsabilidades económicas. Aunque para las visiones celestiales no son más que disparates, en otros países como el Uruguay, la macroeconomía tiene reglas ingratas pero obligatorias.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Dinero, Diario de Negocios. 15 mar. 2010, p. 2 | Disponible |
En los dos primeros meses de 2010, el gasto del presupuesto apenas supera los 1 000 millones. Por enero y febrero se habría destinado a sueldos unos 420 millones cuando la media mensual se acerca a los 400 millones, sin contar con nuevos aumentos aprobados en febrero para los ministerios y entidades, y los que vendrán para el Magisterio. Se deduce que gran parte de los sueldos de febrero se cubrieron en el mes de marzo. Para bienes y servicios, se destinaron unos 48 millones, solo el 6 por ciento de la asignación anual. Son obvias las carencias fiscales en apenas dos meses, refrendadas en valores mínimos y hasta negativos en las cuentas a disposición del tesorero de la Nación. En los albores del año, estos números solo auguran incertidumbre en el futuro económico y fiscal e invitan a valorar las responsabilidades económicas. Aunque para las visiones celestiales no son más que disparates, en otros países como el Uruguay, la macroeconomía tiene reglas ingratas pero obligatorias.
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