UN EDUCADOR

Ayer sábado 27 de diciembre, la cadena de rendición de cuentas del Presidente de la República inició como siempre, a las 10:00 en punto. Este sábado en particular, el Presidente dedicó casi la totalidad de su enlace a explicar detalladamente y en lenguaje de fácil entendimiento las causas internacionales de la crisis y las particularidades nacionales que pueden generar una crisis aún mayor. Explicó, por ejemplo, que sus políticas son anticíclicas y por lo tanto expanden gasto y que éstas no son comunes a muchos países latinoamericanos que más bien contraen el gasto y ahorran aún más, en previsión de una crisis mayor. Aclaró que su camino va a hacer el que sugirió Keynes en los años treinta. Es decir, tratar de que el consumo camine en el Ecuador, aunque tenga que ser el Estado el que dé la mayor cantidad de puestos de trabajo. Fue sincero en decir que esta apuesta es arriesgada, pero cree que es un camino mejor al recetario tipo larga noche neoliberal. Como maestro que es, reconoció además que el nerviosismo bancario y las amenazas de corridas pudieron haber sido causadas también por él, primero por los anuncios demasiado anticipados y demasiado agresivos de no pagar la deuda. "Talvez la gente se asustó", dijo. Y señaló, asimismo, que se equivocó al amenazar con cárcel a los banqueros, pues se dio cuenta que durante los últimos 30 años cuando no han estado de acuerdo con las políticas gubernamentales, ellos y las cámaras han usado los comunicados de prensa para expresar sus demandas y desavenencias y que por tanto, no era un asunto contra este Régimen en particular. Llamó al diálogo nacional en este momento de crisis, con el objetivo de que queden claras las reglas del juego, explicándolas tanto a los sectores afines al Gobierno como a sus detractores, incluyendo los banqueros. Por supuesto, es 28 de diciembre y hoy todos tenemos licencia para inventar: talvez el próximo sábado se nos cumpla.