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INFLACION NO TAN CURIOSA

Por: Tema(s): En: Hoy 30 mayo. 2007, p. A. 4Resumen: Curiosa inflación' fue el título del último artículo del economista Vicente Albornoz al calificar el proceso que viene experimentando la economía ecuatoriana que, en los últimos años, ha registrado una tasa de inflación baja (inferior al 4 por ciento anual) y estable, a diferencia de los ochenta y noventa, cuando la inflación era alta, volátil e indomable para los gobernantes de turno (llegó al pico de 108 por ciento). ¿Por qué curiosa? Porque, según dice Albornoz, este resultado se ha logrado pese a que el gasto público ha crecido a más del 20 por ciento anual. Parte de la explicación de este fenómeno es, como dice el autor citado, que el crecimiento de la demanda provocado por el mayor gasto público se tradujo en un aumento de importaciones, lo que es cierto y es una de las ventajas de tener una economía abierta como la ecuatoriana. En abril de 2007, la inflación en el Ecuador fue del 1,4 por ciento. Y he aquí la diferencia: mientras los precios de los bienes y servicios que se comercializan con el resto del mundo fue 0,26 por ciento, los correspondientes a los bienes no transables (es decir que se comercializan dentro de la economía que los produce) fue del 2,90 por ciento y esta ha sido la tónica en estos últimos años. Pero, además de las importaciones, la oferta de producción nacional ha aumentado más rápidamente que en décadas anteriores y esto contribuyó a que la oferta agregada creciera (6 por ciento en promedio) en forma suficiente para satisfacer la demanda. La apertura comercial ayudó a reducir la inflación en el Ecuador en esta década. Pero la inflación no es tan curiosa si se analiza el conjunto del resultado fiscal, porque si el gasto público ha crecido más del 20 por ciento, también lo ha hecho el ingreso, incluso a tasas superiores y por eso hemos tenido resultados fiscales positivos o superavitarios desde 2000. Es más, si se mide en proporción al PIB, los gastos totales del SPNF solo crecieron en 0,1 puntos porcentuales, mientras que los ingresos lo hicieron 1,9 puntos porcentuales entre 2000 y 2005, según el Banco Central. En definitiva, y como dicen los libros de texto, el buen desempeño del sector público ha permitido que la inflación se mantuviera controlada en los últimos años.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Hoy. 30 mayo. 2007, p. A. 4 Disponible

Curiosa inflación' fue el título del último artículo del economista Vicente Albornoz al calificar el proceso que viene experimentando la economía ecuatoriana que, en los últimos años, ha registrado una tasa de inflación baja (inferior al 4 por ciento anual) y estable, a diferencia de los ochenta y noventa, cuando la inflación era alta, volátil e indomable para los gobernantes de turno (llegó al pico de 108 por ciento). ¿Por qué curiosa? Porque, según dice Albornoz, este resultado se ha logrado pese a que el gasto público ha crecido a más del 20 por ciento anual. Parte de la explicación de este fenómeno es, como dice el autor citado, que el crecimiento de la demanda provocado por el mayor gasto público se tradujo en un aumento de importaciones, lo que es cierto y es una de las ventajas de tener una economía abierta como la ecuatoriana. En abril de 2007, la inflación en el Ecuador fue del 1,4 por ciento. Y he aquí la diferencia: mientras los precios de los bienes y servicios que se comercializan con el resto del mundo fue 0,26 por ciento, los correspondientes a los bienes no transables (es decir que se comercializan dentro de la economía que los produce) fue del 2,90 por ciento y esta ha sido la tónica en estos últimos años. Pero, además de las importaciones, la oferta de producción nacional ha aumentado más rápidamente que en décadas anteriores y esto contribuyó a que la oferta agregada creciera (6 por ciento en promedio) en forma suficiente para satisfacer la demanda. La apertura comercial ayudó a reducir la inflación en el Ecuador en esta década. Pero la inflación no es tan curiosa si se analiza el conjunto del resultado fiscal, porque si el gasto público ha crecido más del 20 por ciento, también lo ha hecho el ingreso, incluso a tasas superiores y por eso hemos tenido resultados fiscales positivos o superavitarios desde 2000. Es más, si se mide en proporción al PIB, los gastos totales del SPNF solo crecieron en 0,1 puntos porcentuales, mientras que los ingresos lo hicieron 1,9 puntos porcentuales entre 2000 y 2005, según el Banco Central. En definitiva, y como dicen los libros de texto, el buen desempeño del sector público ha permitido que la inflación se mantuviera controlada en los últimos años.

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