EN EL POZO DE LAS MENTIRAS

La corta gestión de Rafael Correa en el Ministerio de Economía dejó secuelas. No porque se afectó la economía, como afirman los "ortodoxos, conservadores y prudentes" (OCP). Ellos son los afectados porque Correa, al demostrar que otra política económica es posible, golpeó debajo de su línea de flotación... es decir de su discurso indiscutible y prepotente. E hizo tambalear su poder político. Apenas salió Correa, los OCP y demás bichos ortodoxos se rasgaron las vestiduras porque había dejado un desfinanciamiento de 1 000 millones; sin haber recibido hasta ahora ni un solo desembolso de los organismos multilaterales, no hay dicho desbalance fiscal. También mienten cuando hablan de políticas 'populistas' expresadas en un desmedido gasto público, pues de acuerdo al Banco Central en los meses de abril, mayo, junio y julio se registró un superávit fiscal. En esta campaña de desprestigio, en boca del pozo de las mentiras afloran los autoelogios de los principales responsables de los graves problemas económicos, quienes, sin vergüenza alguna, se apoyan en los aplausos de los beneficiarios de su manejo económico, aquellos "reconocidos analistas, revistas especializadas, gobiernos amigos, la comunidad financiera internacional", es decir de los acreedores de la deuda y de la banca privada nacional. No hay duda que muchos OCP, como el nazi Joseph Goebels, creen que una mentira repetida con insistencia puede transformarse en verdad.