AUDITORIA, BASE DE UNA SOLUCION JUSTA Y TRANSPARENTE

El coronel Lucio Gutiérrez ha reencauchado su propuesta de crear una comisión encargada de auditar la deuda externa. Hay conciencia que el punto de partida para iniciar cualquier proceso de resolución real de dicho problema son las auditorías independientes y transparentes. Se acepta que muchas deudas deben ser desechadas desde el inicio, sobre todo aquellas que caen en la categoría de deudas 'odiosas' (de una dictadura, por ejemplo; hasta Jorge Bush II habla de la anulación de las deudas de Saddam Hussein). Además, existen otros créditos que, por sus condiciones, son considerados como usurarios y corruptos, y que, por definición, deberían ser anulados. Hay deudas cuyo servicio se ha visto imposibilitado porque las condiciones impuestas dependían de escenarios impredecibles o porque las políticas económicas de los países ricos volvieron impagables las deudas, en abierto contubernio con los organismos multilaterales de crédito. La auditoría debe ser una herramienta para desarmar el actual sistema de endeudamiento en tanto este hipoteca el futuro, es un instrumento de dominación, genera enormes costos ecológicos y sociales, profundiza la violencia y la inequidad en los países empobrecidos por la deuda. Una auditoria puede servir para concienciar y movilizar a la sociedad, pero eso no es suficiente. Hay que tener claro que solo institucionalizando auditorías multicriteriales, respaldadas por veedurías ciudadanas, se puede avanzar hacia una eliminación de este problema sin onerosas condiciones: este es un reclamo justo, pero que no modificaría las reglas de juego si no se establece un nuevo sistema financiero internacional para impedir que se reedite el círculo perverso de endeudamiento y ajustes.