EL DEBATE TLC
Subject(s): In: El Comercio 27oct. 2004, p. A. 4Summary: Quizá constituya ya un lugar común sostener que el proceso de negociación de un TLC con EE.UU. es uno de los acontecimientos de mayor trascendencia histórica para el Ecuador contemporáneo. Tan importante como el proceso constituyente de 1998, como la descentralización que iniciamos a principios de los 90, como la misma dolarización. Por ello, por sus profundas implicancias, resulta normal que su ratificación requiera de un consenso nacional amplio logrado sobre un diálogo profundo entre los diferentes sectores del país y, por qué no además, avalado en una consulta directa a los ciudadanos. Si se nos obliga a elegir entre candidatos y partidos que en poco se diferencian, por qué no hemos de votar en un proceso que indudablemente concierne al modelo de país que construiremos. En tiempos de globalización, los patrones de integración comercial de un país determinan por entero sus procesos internos. Un TLC con EE.UU. modelaría al Ecuador no solo en lo comercial sino en lo jurídico, productivo, cultural e, incluso, político. La democracia debe ponerse a prueba en temas de sustancia. Suscribo ciento por ciento la tesis de una consulta popular como resultado de un debate nacional sobre el tema; una consulta en que el país discuta y se pronuncie sobre su futuro.Item type | Current library | Call number | Vol info | Status | Date due | Barcode | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 27oct. 2004, p. A. 4 | Available |
Quizá constituya ya un lugar común sostener que el proceso de negociación de un TLC con EE.UU. es uno de los acontecimientos de mayor trascendencia histórica para el Ecuador contemporáneo. Tan importante como el proceso constituyente de 1998, como la descentralización que iniciamos a principios de los 90, como la misma dolarización. Por ello, por sus profundas implicancias, resulta normal que su ratificación requiera de un consenso nacional amplio logrado sobre un diálogo profundo entre los diferentes sectores del país y, por qué no además, avalado en una consulta directa a los ciudadanos. Si se nos obliga a elegir entre candidatos y partidos que en poco se diferencian, por qué no hemos de votar en un proceso que indudablemente concierne al modelo de país que construiremos. En tiempos de globalización, los patrones de integración comercial de un país determinan por entero sus procesos internos. Un TLC con EE.UU. modelaría al Ecuador no solo en lo comercial sino en lo jurídico, productivo, cultural e, incluso, político. La democracia debe ponerse a prueba en temas de sustancia. Suscribo ciento por ciento la tesis de una consulta popular como resultado de un debate nacional sobre el tema; una consulta en que el país discuta y se pronuncie sobre su futuro.
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