ILIQUIDEZ
Tema(s): En: El Comercio 5 mayo 2004, p. A. 5Resumen: Al retorno de Washington, las autoridades económicas lucían entusiasmadas puesto que el FMI había decidido ayudar al Ecuador lanzándole una boya para que no naufrague el programa económico. La decisión unilateral del organismo financiero internacional, por lo cual nuestro país no tendrá que pagar en el año en curso los vencimientos para con esa entidad crediticia, por alrededor de 50 millones de dólares, otorga un respiro que le viene muy bien al Gobierno que deberá administrarla muy bien para evitar que el empujón se convierta en una medida meramente coyuntural la cual no logre impedir una crisis de mayores proporciones, si se insiste por la vía equivocada de apagar incendios con declaraciones desacertadas y ofrecimientos de dudoso cumplimiento. El resultado es una encrucijada. Ojalá la decisión del FMI alivie los requerimientos de la caja fiscal y, principalmente, se logre un acuerdo con ese organismo que permita acceder a los desembolsos de los recursos comprometidos con otros organismos internacionales. Todo lo sucedido nos convoca a la prudencia, a evitar compromisos que disparen aún más el gasto cuando con el previsto en el presupuesto no podemos. Pensar comprometer el precario fondo construido con una riqueza inesperada y volátil en gastos permanentes, como lo reclaman algunos sectores, sería una locura que más temprano que tarde nos llevaría a una crisis de impredecibles consecuencias. No obstante existen necios que insisten en comprobarlo.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 5 mayo 2004, p. A. 5 | Disponible |
Al retorno de Washington, las autoridades económicas lucían entusiasmadas puesto que el FMI había decidido ayudar al Ecuador lanzándole una boya para que no naufrague el programa económico. La decisión unilateral del organismo financiero internacional, por lo cual nuestro país no tendrá que pagar en el año en curso los vencimientos para con esa entidad crediticia, por alrededor de 50 millones de dólares, otorga un respiro que le viene muy bien al Gobierno que deberá administrarla muy bien para evitar que el empujón se convierta en una medida meramente coyuntural la cual no logre impedir una crisis de mayores proporciones, si se insiste por la vía equivocada de apagar incendios con declaraciones desacertadas y ofrecimientos de dudoso cumplimiento. El resultado es una encrucijada. Ojalá la decisión del FMI alivie los requerimientos de la caja fiscal y, principalmente, se logre un acuerdo con ese organismo que permita acceder a los desembolsos de los recursos comprometidos con otros organismos internacionales. Todo lo sucedido nos convoca a la prudencia, a evitar compromisos que disparen aún más el gasto cuando con el previsto en el presupuesto no podemos. Pensar comprometer el precario fondo construido con una riqueza inesperada y volátil en gastos permanentes, como lo reclaman algunos sectores, sería una locura que más temprano que tarde nos llevaría a una crisis de impredecibles consecuencias. No obstante existen necios que insisten en comprobarlo.
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