SIMPLEMENTE LE SONO LA FLAUTA

El miedo provoca sorpresas. El coronel Lucio Gutiérrez, atemorizado por la cercanía de las protestas populares, sobre todo de sus antiguos aliados indígenas, ofreció 250 millones en créditos para pequeños productores, a ser canalizados por el Banco Nacional de Fomento, hasta por 5 000, con un interés de 8 por ciento. Y, como era de esperar, en una economía donde el crédito productivo es una especie en extinción, sobre todo para pequeños empresarios, miles de personas se agolparon en la entidad financiera. Lamentablemente, la improvisación de esta medida causó el caos en su inauguración. Y la ilusión de obtener un crédito sin hipoteca se diluye con los requisitos solicitados, que más allá de exigir la cédula de ciudadanía y la papeleta de votación, incluyen garantías, cuenta de ahorro en el banco, registros de propiedad de casa o vehículo, pro forma de las inversiones a realizar, carné del gremio al que pertenece, permiso sanitario, certificado de la Central de Riesgo... Que al coronel le haya sonado la flauta no da para esperar que toque un concierto alternativo. El seguirá con el ritmo económico ortodoxo, conservador y patológico que impone el FMI. Por eso se puede anticipar que no pasará mucho tiempo para que la propuesta se desinfle.