ECUADOR: UNA REPUBLICA FONDOMONETARISTA
Tema(s): En: Hoy 27 ago. 2003, p. A. 4Resumen: A poco de firmada la 13° Carta de Intención ya se sabía que la política económica del coronel no tenía nada de nuevo. Por el contrario, representa una las expresiones más ortodoxas de las últimas décadas en la región. Esa Carta, complementada con la "Estrategia de Asistencia al País" (Country Assistance Strategy) del Banco Mundial, se transformó en el plan de Gobierno del coronel. Es más que un programa económico. Sintetiza la política gubernamental. La Carta impone la agenda legislativa, compromete el proceder parlamentario y transforma al FMI en el auditor del manejo económico y político. Enmascarando estas exigencias detrás de razones técnicas supuestamente indiscutibles, respaldadas por la escolástica mediática de lo que no debe ser no se publica, se minimiza al ciudadano y se corteja al inversionista, se supedita la política a la economía, a una economía orientada a atender las demandas del capital oligopólico, cualesquiera sean sus consecuencias sociales y productivas. Sin democracia, sin contrato social, con leyes prefabricadas, la economía se totalitariza. Y así se instaura una república fondomonetarista, que se nutre de las mismas prácticas oligárquicas de la vieja 'banana republic'.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Hoy. 27 ago. 2003, p. A. 4 | Disponible |
A poco de firmada la 13° Carta de Intención ya se sabía que la política económica del coronel no tenía nada de nuevo. Por el contrario, representa una las expresiones más ortodoxas de las últimas décadas en la región. Esa Carta, complementada con la "Estrategia de Asistencia al País" (Country Assistance Strategy) del Banco Mundial, se transformó en el plan de Gobierno del coronel. Es más que un programa económico. Sintetiza la política gubernamental. La Carta impone la agenda legislativa, compromete el proceder parlamentario y transforma al FMI en el auditor del manejo económico y político. Enmascarando estas exigencias detrás de razones técnicas supuestamente indiscutibles, respaldadas por la escolástica mediática de lo que no debe ser no se publica, se minimiza al ciudadano y se corteja al inversionista, se supedita la política a la economía, a una economía orientada a atender las demandas del capital oligopólico, cualesquiera sean sus consecuencias sociales y productivas. Sin democracia, sin contrato social, con leyes prefabricadas, la economía se totalitariza. Y así se instaura una república fondomonetarista, que se nutre de las mismas prácticas oligárquicas de la vieja 'banana republic'.
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