FMI, APARTA DE MI ESTE CALIZ
Tema(s): En: El Telégrafo 14 feb. 2003, p. A. 5Resumen: Hace un decenio, la "carta de intención" que cada gobierno firma con el FMI era un documento mítico que pocos elegidos conocían y que muy pocos, en voz baja, denunciaban. Hace un decenio, también, el concepto que teníamos de soberanía nacional hacía difícil de creer que un ente financiero internacional podría dictar políticas económicas locales, peor imponer ministros y funcionarios. Así están las cosas, y nosotros obligados a actuar en esa representación teatral llamada democracia, escogiendo con esmero al nuevo Salvador, el cual, sea jacobino o girondino, tarda menos de una semana en declarar, de rodillas, las palabras que rotulan este comentario. Este es el motivo de las sucesivas "medidas económicas" que caen con cada Salvador o con cada Judas, con cada patriota o con cada aventurero, con cada experto o con cada lego, que llega al despacho presidencial. Hay que pagar, tras preacuerdos y acuerdos, las deudas y los intereses. Todo con tal de no convertirnos en bloqueados, en parias, en cubanos... Sin embargo, a pesar de todo, medidas, pinchazos, e inflación, el pueblo ecuatoriano es resistente, y según las recientes encuestas de El Expreso, comprende el apremio del gobierno. Después de este baño de realidad, espera que Lucio emprenda la tarea para la cual fue electo, porque hay inequidades que se pueden enmendar, corrupciones que es posible eliminar, monopolios que hay que quebrar, y dispendios que se deben corregir, mientras el mundo financiero encuentra sus caminos.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Telégrafo. 14 feb. 2003, p. A. 5 | Disponible |
Hace un decenio, la "carta de intención" que cada gobierno firma con el FMI era un documento mítico que pocos elegidos conocían y que muy pocos, en voz baja, denunciaban. Hace un decenio, también, el concepto que teníamos de soberanía nacional hacía difícil de creer que un ente financiero internacional podría dictar políticas económicas locales, peor imponer ministros y funcionarios. Así están las cosas, y nosotros obligados a actuar en esa representación teatral llamada democracia, escogiendo con esmero al nuevo Salvador, el cual, sea jacobino o girondino, tarda menos de una semana en declarar, de rodillas, las palabras que rotulan este comentario. Este es el motivo de las sucesivas "medidas económicas" que caen con cada Salvador o con cada Judas, con cada patriota o con cada aventurero, con cada experto o con cada lego, que llega al despacho presidencial. Hay que pagar, tras preacuerdos y acuerdos, las deudas y los intereses. Todo con tal de no convertirnos en bloqueados, en parias, en cubanos... Sin embargo, a pesar de todo, medidas, pinchazos, e inflación, el pueblo ecuatoriano es resistente, y según las recientes encuestas de El Expreso, comprende el apremio del gobierno. Después de este baño de realidad, espera que Lucio emprenda la tarea para la cual fue electo, porque hay inequidades que se pueden enmendar, corrupciones que es posible eliminar, monopolios que hay que quebrar, y dispendios que se deben corregir, mientras el mundo financiero encuentra sus caminos.
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