LAS DILATORIAS DEL FMI
Tema(s): En: El Comercio 16 sep. 2002, p. A.4Resumen: La falta de información y las limitadas explicaciones que le quedan al ministro de Economía y Finanzas, Francisco Arosemena, llevan a concluir que el FMI presenta cada vez más excusas para concertar un acuerdo con un gobierno y un país como el Ecuador. Hasta el momento sólo se ha ejercido la simulación y la versión diplomática de las negociaciones ha llegado al límite. Esto podrá cambiar cuando el gobierno, los postulantes a gobernar y la ciudadanía admitan que el desorden fiscal es la única causa del desacuerdo, el mismo que a la vez es consecuencia del populismo. En estas condiciones es obvio que el Fondo sea más riguroso con un país pequeño y desordenado. Entonces, la fórmula brasileña, que consiste en que los candidatos que pasen a la segunda vuelta admitan que gobernarán un país de desórdenes centenarios y acepten imponer severas medidas de ajuste, parece ser la salida más factible. Por esto, el gobierno debe superar la etapa de explicaciones y afrontar asuntos como las relaciones con Colombia, la seguridad social y la legislación pendiente de reformarse.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 16 sep. 2002, p. A.4 | Disponible |
La falta de información y las limitadas explicaciones que le quedan al ministro de Economía y Finanzas, Francisco Arosemena, llevan a concluir que el FMI presenta cada vez más excusas para concertar un acuerdo con un gobierno y un país como el Ecuador. Hasta el momento sólo se ha ejercido la simulación y la versión diplomática de las negociaciones ha llegado al límite. Esto podrá cambiar cuando el gobierno, los postulantes a gobernar y la ciudadanía admitan que el desorden fiscal es la única causa del desacuerdo, el mismo que a la vez es consecuencia del populismo. En estas condiciones es obvio que el Fondo sea más riguroso con un país pequeño y desordenado. Entonces, la fórmula brasileña, que consiste en que los candidatos que pasen a la segunda vuelta admitan que gobernarán un país de desórdenes centenarios y acepten imponer severas medidas de ajuste, parece ser la salida más factible. Por esto, el gobierno debe superar la etapa de explicaciones y afrontar asuntos como las relaciones con Colombia, la seguridad social y la legislación pendiente de reformarse.
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