EL TANGO NOS AVISA
Tema(s): En: El Comercio 17 feb. 2002, p. A.4Resumen: Muchos dicen que el problema de Argentina es diferente al de Ecuador porque perdió competitividad, entró en una recesión interminable y llegó al desempleo crítico por otras razones que nada tienen que ver con la convertibilidad, y peor con la dolarización. Es insensato responsabilizar de todo a la política y tratar de defender un modelo que ya no gusta a nadie. Es idiota defender un modelo y cuando falla achacar los problemas a la realidad. Es irresponsable decir que el modelo argentino iba bien hasta que vino el corralito, la paridad dual o la flotación. Todas esas medidas han sido el producto del fracaso de un modelo inflexible que en algún momento tenía que estallar. ¿Qué más se podía esperar de un modelo especulativo que entregó la soberanía monetaria a tres bancos y tres grandes empresas que mantuvieron la farsa mientras la gente no empezó a despertar con los cacerolazos? Ahora, con las ganancias caídas del cielo, las grandes empresas argentinas se aprestan a participar de las privatizaciones en el Ecuador. Y el Ecuador se apresta a entregar su única chequera en blanco para que el casino financiero gane una de sus últimas partidas en el sector público latinoamericano.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 17 feb. 2002, p. A.4 | Disponible |
Muchos dicen que el problema de Argentina es diferente al de Ecuador porque perdió competitividad, entró en una recesión interminable y llegó al desempleo crítico por otras razones que nada tienen que ver con la convertibilidad, y peor con la dolarización. Es insensato responsabilizar de todo a la política y tratar de defender un modelo que ya no gusta a nadie. Es idiota defender un modelo y cuando falla achacar los problemas a la realidad. Es irresponsable decir que el modelo argentino iba bien hasta que vino el corralito, la paridad dual o la flotación. Todas esas medidas han sido el producto del fracaso de un modelo inflexible que en algún momento tenía que estallar. ¿Qué más se podía esperar de un modelo especulativo que entregó la soberanía monetaria a tres bancos y tres grandes empresas que mantuvieron la farsa mientras la gente no empezó a despertar con los cacerolazos? Ahora, con las ganancias caídas del cielo, las grandes empresas argentinas se aprestan a participar de las privatizaciones en el Ecuador. Y el Ecuador se apresta a entregar su única chequera en blanco para que el casino financiero gane una de sus últimas partidas en el sector público latinoamericano.
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