ECUADOR, PAIS PILOTO
Tema(s): En: El Comercio 10 jul. 2001, p. A. 4Resumen: Leyendo las noticias internacionales que conciernen a la dolarización en que nos hallamos inmersos, creo oportuno sacar del olvido mi teoría que el Ecuador es un país piloto. Si la dolarización consigue su objetivo , la observación se impondrá examinar el siguiente paso: servir como instrumento de cambio confiable. Ya nos demostró que, no pudo detener el alza de precios y que la inflación ha llevado al país un grado de pauperización acaso nunca igualada en toda nuestra historia. Ser un país piloto significa que está cada vez más en la mira. Ser país piloto es una calamidad. Estamos a merced de los observadores y los experimentadores. Y nos califican después, desde sus parámetos. Cuando pedimos crédito internacional, nuestros acreedores nos dicen que tenemos malos antecedentes, el Club de Paris nos niega una prórroga. Y sin embargo somos y sobrevivimos. Y amamos entrañablemente a esa patria, a la cual al mismo tiempo, le hacemos tanto daño. Levantemos la cabeza y tengamos el orgullo de decir : ¡Viva el Ecuador!Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 10 jul. 2001, p. A. 4 | Disponible |
Leyendo las noticias internacionales que conciernen a la dolarización en que nos hallamos inmersos, creo oportuno sacar del olvido mi teoría que el Ecuador es un país piloto. Si la dolarización consigue su objetivo , la observación se impondrá examinar el siguiente paso: servir como instrumento de cambio confiable. Ya nos demostró que, no pudo detener el alza de precios y que la inflación ha llevado al país un grado de pauperización acaso nunca igualada en toda nuestra historia. Ser un país piloto significa que está cada vez más en la mira. Ser país piloto es una calamidad. Estamos a merced de los observadores y los experimentadores. Y nos califican después, desde sus parámetos. Cuando pedimos crédito internacional, nuestros acreedores nos dicen que tenemos malos antecedentes, el Club de Paris nos niega una prórroga. Y sin embargo somos y sobrevivimos. Y amamos entrañablemente a esa patria, a la cual al mismo tiempo, le hacemos tanto daño. Levantemos la cabeza y tengamos el orgullo de decir : ¡Viva el Ecuador!
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