EL CONGELAMIENTO QUE SORPRENDIO A LOS CLIENTES
Tema(s): En: El Comercio 18 mar. 2001, p. A. 8Resumen: Décima primera entrega de la serie "La Crisis Bancaria". El 8 de marzo de 1999, el superintendente de Bancos, Jorge Egas, sorprendió a los ecuatorianos con el anuncio de un feriado bancario. La decisión de la autoridad de control llegó en un momento crítico, ya que los sectores sociales habían anunciado un paro nacional para el jueves 11 de marzo, pero ese día hubo otro anuncio: el congelamiento de depósitos, que generó pánico en los clientes. La pesadilla del Gobierno era que al reabrir los bancos se registrara una corrida de depósitos. Las cifras del Banco Central del Ecuador (BCE) lo confirmaban. La preferencia por dinero efectivo aumentó, a diferencia de años anteriores, en que más bien se observaba una disminución. Este hecho se atribuye, en gran medida, a la incertidumbre generada por el Impuesto a la Circulación de Capitales. Según fuentes del equipo económico del Gobierno de Mahuad, las evaluaciones hechas a la banca por parte de la Superintendencia de Bancos y el Banco Central del Ecuador, a través de un misma metodología, el Sistema de Indicadores de Alerta Temprana, arrojaba resultados diferentes. Así el Gobierno tomó dos decisiones. La primera de carácter coyuntural, fue el congelamiento de los depósitos y la segunda, de mediano plazo, fue la realización de auditorías financieras para toda la banca. La misma fuente señala que el fisco fue el más beneficiado del congelamiento bancario, ya que congeló el multiplicador del dinero, un factor que mide su velocidad de circulación. Esto alivió la presión sobre el tipo de cambio y mejoró la capacidad de pago del Régimen. Se incluye un cuadro con la evaluación a los bancos, a febrero de 1999.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 18 mar. 2001, p. A. 8 | Disponible |
Décima primera entrega de la serie "La Crisis Bancaria". El 8 de marzo de 1999, el superintendente de Bancos, Jorge Egas, sorprendió a los ecuatorianos con el anuncio de un feriado bancario. La decisión de la autoridad de control llegó en un momento crítico, ya que los sectores sociales habían anunciado un paro nacional para el jueves 11 de marzo, pero ese día hubo otro anuncio: el congelamiento de depósitos, que generó pánico en los clientes. La pesadilla del Gobierno era que al reabrir los bancos se registrara una corrida de depósitos. Las cifras del Banco Central del Ecuador (BCE) lo confirmaban. La preferencia por dinero efectivo aumentó, a diferencia de años anteriores, en que más bien se observaba una disminución. Este hecho se atribuye, en gran medida, a la incertidumbre generada por el Impuesto a la Circulación de Capitales. Según fuentes del equipo económico del Gobierno de Mahuad, las evaluaciones hechas a la banca por parte de la Superintendencia de Bancos y el Banco Central del Ecuador, a través de un misma metodología, el Sistema de Indicadores de Alerta Temprana, arrojaba resultados diferentes. Así el Gobierno tomó dos decisiones. La primera de carácter coyuntural, fue el congelamiento de los depósitos y la segunda, de mediano plazo, fue la realización de auditorías financieras para toda la banca. La misma fuente señala que el fisco fue el más beneficiado del congelamiento bancario, ya que congeló el multiplicador del dinero, un factor que mide su velocidad de circulación. Esto alivió la presión sobre el tipo de cambio y mejoró la capacidad de pago del Régimen. Se incluye un cuadro con la evaluación a los bancos, a febrero de 1999.
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