BENEFICIARIOS DE UN RUMOR

Es innecesario destacar que la sociedad ecuatoriana, por razones de índole financiera y económica en general, pasa por uno de los momentos más descontrolados que recuerda la historia; tampoco es difícil percibir que ese conjunto ciudadano, por tales circunstancias, es víctima de una extrema fragilidad sicológica y por lo tanto propenso a creer cualquier nefasto rumor que malintencionadamente se haga circular, relacionado con los escasos medios que aún mantiene en el alicaído sistema financiero nacional. Descartando como poco probable que en un escenario tan complejo haya lugar para simples e ingenuos actos de irresponsabilidad, hay que presumir que lo acontecido el día viernes pasado tuvo el propósito de crear una ola que arrastre con el mínimo de credibilidad que existe en la banca nacional. En ese evento, solo queda reflexionar y preguntar a quiénes podría beneficiar un dislate de esa naturaleza, en una situación financiera muy grave y a una semana de ser entregadas las auditorías bancarias.