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CUIDADO CON LA INFLACION

Por: Tema(s): En: El Comercio 3 sep. 1996, p. A.4Resumen: Si bien desde hace 20 meses el ritmo de la inflación en el Ecuador ha oscilado muy poco (entre 23 y 25 por ciento), debido al agotamiento de los efectos de las medidas antiinflacionarias y a las condiciones políticas, internas y externas, la tendecia a subir de junio y julio se ha mantenido en agosto, hasta sobrepasar el 25 por ciento que se alcanzó en diciembre de 1994. Las expectativas sicológicas del cambio de gobierno siempre impactan en el comportamiento económico. A ello contribuye también la indefinición del nuevo gobierno respecto al camino que escogerá para conducir la economía. No hay nada concreto al respecto, no hay metas ni objetivos claros. Sólo se advierten impactos de imagen que tienen la efímera duración de los fuegos artificiales. Entonces tampoco los agentes económicos saben qué hacer. El consumo de los hogares ha disminuido en forma evidente, las deudas no se pagan porque no hay con qué, las utilidades están disminuyendo en todas las actividades del sistema económico nacional, con excepción de los exportadores. La recesión continúa porque el Gobierno ha contribuído dando señales confusas y autoritarias. La contratación del economista Cavallo es una señal de que se buscará sincerar los precios, es decir se intentará eliminar los subsidios y las protecciones a la producción nacional. Las recomendaciones de Cavallo no van a satisfacer al valor político de cumplir con algo siquiera las ofertas por las cuales Bucaram es presidente. El no va a recomendar que no se suban los precios de la gasolina, él deseará que se elimine mañana el subsidio al gas; él, para ser congruente con su pensamiento, inducirá a un arancel bajo y único, a un aumento de las tarifas de luz y teléfonos, a la eliminación de las exoneraciones del IVA para los alimentos y medicinas. En el Ecuador, la gente pobre necesita los subsidios. Hay demasiados pobres en el medio rural y en los barrios urbano marginales que cada vez ingresan al pozo de la miseria. Los campesinos sin tierra no podrán pagar los nuevos precios de los alimentos, peor de las medicians. Las empresas productivas ecuatorianas que entregan bienes al mercado nacional, sean agrícolas o industriales, no son tan eficientes como para soportar un arancel bajo y único. Todavía necesitan una protección para seguir produciendo. La inversión extranjera, que es muy sensible a señales que dan los gobiernos, dudará mucho de venir al país, si percibe una situación de impredictibilidad y amenazas sin fin. Hay maneras civilizadas de convivencia que deben presidir las relaciones del Estado con los inversionistas extranjeros. Esperamos que el gobierno , tal como ha anunciado, presente el 11 de septiembre su plan de gobierno que señale a dónde irá el país y por dónde.
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Si bien desde hace 20 meses el ritmo de la inflación en el Ecuador ha oscilado muy poco (entre 23 y 25 por ciento), debido al agotamiento de los efectos de las medidas antiinflacionarias y a las condiciones políticas, internas y externas, la tendecia a subir de junio y julio se ha mantenido en agosto, hasta sobrepasar el 25 por ciento que se alcanzó en diciembre de 1994. Las expectativas sicológicas del cambio de gobierno siempre impactan en el comportamiento económico. A ello contribuye también la indefinición del nuevo gobierno respecto al camino que escogerá para conducir la economía. No hay nada concreto al respecto, no hay metas ni objetivos claros. Sólo se advierten impactos de imagen que tienen la efímera duración de los fuegos artificiales. Entonces tampoco los agentes económicos saben qué hacer. El consumo de los hogares ha disminuido en forma evidente, las deudas no se pagan porque no hay con qué, las utilidades están disminuyendo en todas las actividades del sistema económico nacional, con excepción de los exportadores. La recesión continúa porque el Gobierno ha contribuído dando señales confusas y autoritarias. La contratación del economista Cavallo es una señal de que se buscará sincerar los precios, es decir se intentará eliminar los subsidios y las protecciones a la producción nacional. Las recomendaciones de Cavallo no van a satisfacer al valor político de cumplir con algo siquiera las ofertas por las cuales Bucaram es presidente. El no va a recomendar que no se suban los precios de la gasolina, él deseará que se elimine mañana el subsidio al gas; él, para ser congruente con su pensamiento, inducirá a un arancel bajo y único, a un aumento de las tarifas de luz y teléfonos, a la eliminación de las exoneraciones del IVA para los alimentos y medicinas. En el Ecuador, la gente pobre necesita los subsidios. Hay demasiados pobres en el medio rural y en los barrios urbano marginales que cada vez ingresan al pozo de la miseria. Los campesinos sin tierra no podrán pagar los nuevos precios de los alimentos, peor de las medicians. Las empresas productivas ecuatorianas que entregan bienes al mercado nacional, sean agrícolas o industriales, no son tan eficientes como para soportar un arancel bajo y único. Todavía necesitan una protección para seguir produciendo. La inversión extranjera, que es muy sensible a señales que dan los gobiernos, dudará mucho de venir al país, si percibe una situación de impredictibilidad y amenazas sin fin. Hay maneras civilizadas de convivencia que deben presidir las relaciones del Estado con los inversionistas extranjeros. Esperamos que el gobierno , tal como ha anunciado, presente el 11 de septiembre su plan de gobierno que señale a dónde irá el país y por dónde.

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