AHORA SI, A CUMPLIR CON LOS POBRES
Tema(s): En: El Comercio 13 ago. 1996, p. A.4Resumen: Abdalá Bucaram llega a la presidencia con su estilo propio, rompiendo los esquemas formales de la política, en un momento histórico de confusión y desesperanza. Para ser presidente tuvo que comprometerse, ante el pueblo y numerosas organizaciones, a emprender programas que combatan efectivamente a la pobreza, como la educación pública moderna, la nutrición mejorada para los pobres, vivienda subsidiada y masiva, salud y seguridad social para la mayoría desamparada. Para todo esto es menester contar con el dinero suficiente en tiempo oportuno. Entonces la política económica debe dar prioridad a los ingresos fiscales crecientes y de procedencia justa. Los ingresos deben provenir de una guerra a muerte contra la evasión de impuestos, al contrabando, a las subfacturaciones de las exportaciones, a los robos dentro de Petroecuador, a la costumbre de que el Estado pague los platos rotos por las quiebras de las empresas privadas. Los subsidios a la clase pudiente debe terminarse, pero los dirigidos a los pobres no, mientras no se les dé herramientas de preparación y capacitación para que puedan desenvolverse en la vida con su propio esfuerzo. Si se va eliminar el subsidio al gas, debe resolverse primero el problema de la gente que dejaría de comer lo poco que ingiere por comprar un combustible más caro. El presidente Bucaram puede conseguir el dinero para trabajar por las clases desposeídas si termina también con es subsidio al precio del diesel que se entrega a las empresas eléctricas, de donde se podría recuperar más dinero que en el caso del gas. Obtener más ingresos es la clave, incluso para negociar con el Fondo Monetario Internacional, que presionará al nuevo gobierno a tomar algunas medidas que el pasado gobierno no lo hizo, para luego acordar los términos de la consabida Carta de Intención, que ineludiblemente debe firmar el Ecuador, si quiere obtener créditos internacionales o atraer inversión extranjera. Habría otra fuente de ingresos para hacer obra socialmente rentable y sería el producto de las privatizaciones. Antes de emprender en ellas, debe saber el país en qué se va a gastar lo que rinda la venta del patrimonio nacional. El aumento de dinero que ingresaría, por la entrada de capitales privados a las empresas de servicios públicos como telefonía y electricidad, podría ser una gran tentación para gastar en obritas de dudosa rentabilidad social para aparentar la satisfacción del clientelismo político.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | RESUM-008174 (Navegar estantería(Abre debajo)) | El Comercio. 13 ago. 1996, p. A.4 | Disponible |
Abdalá Bucaram llega a la presidencia con su estilo propio, rompiendo los esquemas formales de la política, en un momento histórico de confusión y desesperanza. Para ser presidente tuvo que comprometerse, ante el pueblo y numerosas organizaciones, a emprender programas que combatan efectivamente a la pobreza, como la educación pública moderna, la nutrición mejorada para los pobres, vivienda subsidiada y masiva, salud y seguridad social para la mayoría desamparada. Para todo esto es menester contar con el dinero suficiente en tiempo oportuno. Entonces la política económica debe dar prioridad a los ingresos fiscales crecientes y de procedencia justa. Los ingresos deben provenir de una guerra a muerte contra la evasión de impuestos, al contrabando, a las subfacturaciones de las exportaciones, a los robos dentro de Petroecuador, a la costumbre de que el Estado pague los platos rotos por las quiebras de las empresas privadas. Los subsidios a la clase pudiente debe terminarse, pero los dirigidos a los pobres no, mientras no se les dé herramientas de preparación y capacitación para que puedan desenvolverse en la vida con su propio esfuerzo. Si se va eliminar el subsidio al gas, debe resolverse primero el problema de la gente que dejaría de comer lo poco que ingiere por comprar un combustible más caro. El presidente Bucaram puede conseguir el dinero para trabajar por las clases desposeídas si termina también con es subsidio al precio del diesel que se entrega a las empresas eléctricas, de donde se podría recuperar más dinero que en el caso del gas. Obtener más ingresos es la clave, incluso para negociar con el Fondo Monetario Internacional, que presionará al nuevo gobierno a tomar algunas medidas que el pasado gobierno no lo hizo, para luego acordar los términos de la consabida Carta de Intención, que ineludiblemente debe firmar el Ecuador, si quiere obtener créditos internacionales o atraer inversión extranjera. Habría otra fuente de ingresos para hacer obra socialmente rentable y sería el producto de las privatizaciones. Antes de emprender en ellas, debe saber el país en qué se va a gastar lo que rinda la venta del patrimonio nacional. El aumento de dinero que ingresaría, por la entrada de capitales privados a las empresas de servicios públicos como telefonía y electricidad, podría ser una gran tentación para gastar en obritas de dudosa rentabilidad social para aparentar la satisfacción del clientelismo político.
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