EL PLAN REAL RINDE FRUTOS

La baja inflación y el notable crecimiento económico en Brasil han convertido al Plan Real, que el 1 de julio cumple un año de vigencia, en el programa de estabilización más exitoso de los ocho emprendidos por los gobiernos civiles desde la restauración de la democracia, en 1985. Basado en la lógica de una buena administración, el ahora presidente del país, Fernando Henrique Cardoso, diseño en diciembre de 1993 un plan que en sus dos primeras fases procuró un férreo control del gasto público y la tributación, un saneamiento de la nómina estatal y el incremento de los impuestos federales. Como tercera etapa, el 1 de julio de 1994 lanzó el real en sustitución del cruzeiro y con una banda de cambio flexible pero paritaria frente al dólar. Producto de las nuevas medidas, el país registró en el primer semestre una medida inflacionaria mensual del 2 por ciento, y del 35.29 por ciento en el último año, superado sólo por el récord de 1973, con un 15.57 por ciento. En el primer trimestre del año la economía creció a una tasa espectacular del 9 por ciento y cálculos oficiales señalan que 1995 cerrará con un 6 por ciento.