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¿QUE OPCIONES DE POLITICA ECONOMICA TIENE EL GOBIERNO?

Por: Tema(s): En: El País 21 abr. 1995, p. 62Resumen: La devaluación de la peseta, la caída de precio de la deuda pública y de las cotizaciones de las acciones de las principales empresas españolas, producidas por acontecimientos externos e internos (económicos y políticos) plantean la interrogante de qué opciones a corto plazo de política económica tiene el gobierno. La primera es esperar la discusión del presupuesto de 1996, opción peligrosa, porque ahora la situación de la peseta depende más de la relación marco-dólar que de ella misma y cualquier nueva depreciación del dólar pondría en peligro la situación de la peseta dentro del SME. La segunda opción es adelantar a las próximas semanas parte de los recortes presupuestarios previstos para 1996, que representan un 15 por ciento del PIB (cerca de un billón de pesetas). Esto evitaría que la peseta sea expulsada del mecanismo de cambios del SME. Ello dejaría para la discusión del presupuesto de 1996 otros recortes que permitirían al Banco de España bajar los tipos de interés. Así mismo, habría que introducir a mediados del año medidas de reforma estructural adicionales para flexibilizar los mercados de servicios, del suelo y del trabajo.
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La devaluación de la peseta, la caída de precio de la deuda pública y de las cotizaciones de las acciones de las principales empresas españolas, producidas por acontecimientos externos e internos (económicos y políticos) plantean la interrogante de qué opciones a corto plazo de política económica tiene el gobierno. La primera es esperar la discusión del presupuesto de 1996, opción peligrosa, porque ahora la situación de la peseta depende más de la relación marco-dólar que de ella misma y cualquier nueva depreciación del dólar pondría en peligro la situación de la peseta dentro del SME. La segunda opción es adelantar a las próximas semanas parte de los recortes presupuestarios previstos para 1996, que representan un 15 por ciento del PIB (cerca de un billón de pesetas). Esto evitaría que la peseta sea expulsada del mecanismo de cambios del SME. Ello dejaría para la discusión del presupuesto de 1996 otros recortes que permitirían al Banco de España bajar los tipos de interés. Así mismo, habría que introducir a mediados del año medidas de reforma estructural adicionales para flexibilizar los mercados de servicios, del suelo y del trabajo.

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