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LA CRISIS ES INSTITUCIONAL Y NO FINANCIERA

Por: Tema(s): En: El Tiempo 5 feb. 1995, p. C.8Resumen: Las autoridades mexicanas y los miembros de la élite empresarial han afirmado que la crisis refleja un momento de ajuste financiero de corto plazo, que el problema es evitar que la volatilidad de la economía financiera contamine a la economía real. Esta idea forma parte de una cultura de autoengaño. En el fondo la crisis mexicana no es financiera sino de desconfianza, en otras palabras, institucional. Los problemas de corto plazo son evidentes. Primero, hay que evitar que se declare una moratoria en el pago de US30.000 millones en los instrumentos de deuda que vencen este año. Segundo, se debe neutralizar las expectativas inflacionarias generadas por la devaluación, yendo más allá del congelamiento de salarios y control de precios. Tercero, hay que evitar que la crisis se extienda al entorno social. Una estrategia exitosa de reforma institucional debe partir de la transparencia, la credibilidad y de la renuncia al maquillaje de las estadísticas. El progreso de la sociedad mexicana no depende de factores externos, sino de que las condiciones internas sean positivas y confiables.
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Las autoridades mexicanas y los miembros de la élite empresarial han afirmado que la crisis refleja un momento de ajuste financiero de corto plazo, que el problema es evitar que la volatilidad de la economía financiera contamine a la economía real. Esta idea forma parte de una cultura de autoengaño. En el fondo la crisis mexicana no es financiera sino de desconfianza, en otras palabras, institucional. Los problemas de corto plazo son evidentes. Primero, hay que evitar que se declare una moratoria en el pago de US30.000 millones en los instrumentos de deuda que vencen este año. Segundo, se debe neutralizar las expectativas inflacionarias generadas por la devaluación, yendo más allá del congelamiento de salarios y control de precios. Tercero, hay que evitar que la crisis se extienda al entorno social. Una estrategia exitosa de reforma institucional debe partir de la transparencia, la credibilidad y de la renuncia al maquillaje de las estadísticas. El progreso de la sociedad mexicana no depende de factores externos, sino de que las condiciones internas sean positivas y confiables.

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