EL MACROPROGRAMA HACE AGUA

La confianza aún no retorna al mercado, en medio de un ambiente cargado de incertidumbre políticas y energéticas. Manuel Nieto, representante de los pequeños industriales reconoció que el problema es del modelo aplicado pero aún confía, junto con otros empresarios y analistas, que el gobierno aplique los correctivos necesarios para reducir las tasas de interés. Esta es una expectativa equivocada porque el gobierno está atrapado entre su programa y su dogma. El ancla cambiaria, luego de provocar distorsiones en la estructura de precios relativos, se debilita; las exportaciones han sido desincentivadas y se viene una competencia internacional violenta. Al gobierno le faltaron las reformas estructurales para apuntalar su proyecto, sobre todo las privatizaciones que hubieran asegurado un flujo suficiente de divisas para sostener el desequilibrio dinámico de la balanza de pagos hasta que se den nuevas exportaciones. Una flexibilización mayor del programa provocaría su muerte. Lo que se requiere es un cambio de dirección que asegure una participación equitativa del país en la economía mundial, teniendo como base su mercado interno; lo que se requiere es, en suma, un nuevo gobierno.