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La banca cambiará

Detalles de publicación: Guayaquil Expreso 2017Descripción: p. 9Tema(s): En: Expreso Año 44 N° 15914 (31 ene. 2017)Resumen: Paul Palacios: Hace pocos meses Shivani Siroya lanzó una plataforma para promover la creación de una identidad financiera, especialmente para personas muy pobres. Más de 2,5 millardos de personas alrededor del mundo carecen completamente de información, impidiéndoles esto cualquier posibilidad de acceder a ayuda financiera, cayendo en manos de mercados informales “cuando tienen suerte”. Siroya sostiene que las personas no existen para efectos financieros al no disponer de una cuenta bancaria, un número de seguridad social o en muchos casos ni siquiera un número de identidad civil. La aplicación, utilizada a partir de teléfonos móviles, los cuales están hoy a disposición prácticamente de cada ser humano, permite ir recogiendo información para la construcción de un perfil de consumo, y en los casos de microempresarios, de su movimiento económico. Ese perfil va configurando su potencial como sujeto financiero, y el acceso por parte de terceros (miles, millones) a dicha información, si así lo permite la persona, ofrecerá la posibilidad de que alguien ponga a su disposición una solución para sus problemas. Esta es una puerta enorme a la democratización del crédito, y falta imaginación para lo que algo así puede hacer en todos los servicios de intermediación financiera o dispersión de riesgos en la industria de seguros, para citar solo un par de casos. Estamos a las puertas de grandes cambios.
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Paul Palacios: Hace pocos meses Shivani Siroya lanzó una plataforma para promover la creación de una identidad financiera, especialmente para personas muy pobres. Más de 2,5 millardos de personas alrededor del mundo carecen completamente de información, impidiéndoles esto cualquier posibilidad de acceder a ayuda financiera, cayendo en manos de mercados informales “cuando tienen suerte”. Siroya sostiene que las personas no existen para efectos financieros al no disponer de una cuenta bancaria, un número de seguridad social o en muchos casos ni siquiera un número de identidad civil. La aplicación, utilizada a partir de teléfonos móviles, los cuales están hoy a disposición prácticamente de cada ser humano, permite ir recogiendo información para la construcción de un perfil de consumo, y en los casos de microempresarios, de su movimiento económico. Ese perfil va configurando su potencial como sujeto financiero, y el acceso por parte de terceros (miles, millones) a dicha información, si así lo permite la persona, ofrecerá la posibilidad de que alguien ponga a su disposición una solución para sus problemas. Esta es una puerta enorme a la democratización del crédito, y falta imaginación para lo que algo así puede hacer en todos los servicios de intermediación financiera o dispersión de riesgos en la industria de seguros, para citar solo un par de casos. Estamos a las puertas de grandes cambios.

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