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Revanchismo y gasto público El Expreso

Por: Detalles de publicación: Guayaquil Expreso 2016Descripción: p. 8Tema(s): Recursos en línea: En: Expreso Año 43 N° 15581 (4 mar. 2016)Resumen: La marca del buen administrador se percibe en tiempos de bonanza, pero más aún en tiempos de adversidad. Hoy, como se dice vulgarmente, “se ha virado la torta” y el Gobierno utiliza el gasto como un instrumento para asegurar el buen comportamiento de aquella mitad de la economía que depende de los dispendios estatales. Se cortan las transferencias a la FLACSO y a la Universidad Andina por ser instituciones cuyas cabezas se mostraron críticas del régimen. Se atropella el derecho y la seguridad jurídica afectando el patrimonio del ISSFA con el recorte a fondo del precio pactado en un contrato formalmente concluido. Son dos ejemplos que muestran claramente la falta de visión y serenidad para administrar la adversidad. El Gobierno no puede condenar a nadie por no ahorrar o no ser previsivo. Pretender, finalmente, que la austeridad deba convertirse en un instrumento de coacción es inaceptable mientras continúa la expansión del gasto burocrático y el dispendio entre los clientes favorecidos de la política gubernamental.
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La marca del buen administrador se percibe en tiempos de bonanza, pero más aún en tiempos de adversidad. Hoy, como se dice vulgarmente, “se ha virado la torta” y el Gobierno utiliza el gasto como un instrumento para asegurar el buen comportamiento de aquella mitad de la economía que depende de los dispendios estatales. Se cortan las transferencias a la FLACSO y a la Universidad Andina por ser instituciones cuyas cabezas se mostraron críticas del régimen. Se atropella el derecho y la seguridad jurídica afectando el patrimonio del ISSFA con el recorte a fondo del precio pactado en un contrato formalmente concluido. Son dos ejemplos que muestran claramente la falta de visión y serenidad para administrar la adversidad. El Gobierno no puede condenar a nadie por no ahorrar o no ser previsivo. Pretender, finalmente, que la austeridad deba convertirse en un instrumento de coacción es inaceptable mientras continúa la expansión del gasto burocrático y el dispendio entre los clientes favorecidos de la política gubernamental.

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