EN APENAS 50 AÑOS

Jaramillo, Grace
EN APENAS 50 AÑOS

Mañana, fuegos artificiales estallarán sin parar en la ciudad de Berlín: festivales de música, exhibiciones y la visita de todos los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea celebrarán los 50 años de la firma del Tratado de Roma, que dio inicio a la Comunidad Económica Europea y posteriormente a la UE. Para quienes piensan en el largo plazo, la Unión Europea ha servido para tres cosas fundamentales: para garantizar la paz después de dos guerras mundiales y para consolidar el despegue económico y la democracia social de mercado. Los políticos europeos, conservadores y liberales, socialdemócratas y verdes, están convencidos de que no hay posibilidad de dar marcha atrás. Pero no todos comparten esta opinión. Según el Eurobarómetro, solo el 22 por ciento de la gente cree que la UE trae beneficios a su vida diaria y el 88 por ciento cree que la UE debería resolver el desempleo, el estancamiento económico, la seguridad ciudadana. La gente quiere que la Unión Europea resuelva precisamente lo que no está en su mandato resolver. Y ahí está el problema. Sin embargo, hay un elemento que realmente ha dado resultados en estos primeros 50 años, que es efectivo y se ha convertido en pieza clave del trabajo de todas las instituciones comunitarias: el desarrollo regional. La descentralización, la asistencia directa a las regiones y municipalidades menos avanzadas, las obras de infraestructura llevan la bandera de la UE y este simple hecho hace que en estas zonas esté cambiando el euroescepticismo existente.


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