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LOS DESBALANCES POSNEOLIBERALES

Por: Tema(s): En: Hoy 14 sep. 2010, p. 4Resumen: Los signos de recuperación mostrados por la economía ecuatoriana en lo que va de 2010 resultan insuficientes para trazar un escenario futuro más claro y convincente sobre las virtualidades de la política posneoliberal del Régimen. Para el Ecuador, 2010 y 2011, según las proyecciones de la CEPAL, serán años de crecimiento muy moderado, por debajo incluso del promedio del resto de países de América del Sur. Solo Venezuela, que es un gran desastre económico en la región, tendrá desempeños más pobres que el Ecuador. ¿Qué le pasa al Ecuador? El énfasis puesto por la revolución ciudadana en el Estado ha generado un desbalance con los mecanismos del mercado y los incentivos privados. El desbalance expresa la concepción ideológica del Gobierno y sus prejuicios: obsesión con el Estado, su instrumento principal de poder, gestión y cambio, y un enorme prejuicio hacia el mercado y la empresa privada. En este punto, no está en discusión la necesidad de inversión pública, gasto social y el uso de mecanismos de regulación e intervención estatal. Lo que está en duda es la eficiencia del Estado, con todas las debilidades heredadas de la larga noche neoliberal, para producir los resultados esperados con los inmensos recursos invertidos. En segundo lugar, está en duda hasta dónde debe ir la acción estatal. La revolución metió al Estado en todo: creció el aparato, multiplicó ministerios, amplió burocracia y extendió sus ámbitos de acción, con resultados poco convincentes. Son muchos ya los indicadores que muestran los límites de la grandilocuente política alternativa a la de la larga noche neoliberal: bajo crecimiento, poca generación de empleo, poca reducción de la pobreza y de la extrema pobreza. No se trata de reivindicar el neoliberalismo, ni mucho menos, pero tampoco de celebrar, sin beneficio de inventario, el retorno del Estado como la piedra filosofal del desarrollo y la justicia. El riesgo es haber salido de un dogmatismo para caer en otro.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Hoy. 14 sep. 2010, p. 4 Disponible

Los signos de recuperación mostrados por la economía ecuatoriana en lo que va de 2010 resultan insuficientes para trazar un escenario futuro más claro y convincente sobre las virtualidades de la política posneoliberal del Régimen. Para el Ecuador, 2010 y 2011, según las proyecciones de la CEPAL, serán años de crecimiento muy moderado, por debajo incluso del promedio del resto de países de América del Sur. Solo Venezuela, que es un gran desastre económico en la región, tendrá desempeños más pobres que el Ecuador. ¿Qué le pasa al Ecuador? El énfasis puesto por la revolución ciudadana en el Estado ha generado un desbalance con los mecanismos del mercado y los incentivos privados. El desbalance expresa la concepción ideológica del Gobierno y sus prejuicios: obsesión con el Estado, su instrumento principal de poder, gestión y cambio, y un enorme prejuicio hacia el mercado y la empresa privada. En este punto, no está en discusión la necesidad de inversión pública, gasto social y el uso de mecanismos de regulación e intervención estatal. Lo que está en duda es la eficiencia del Estado, con todas las debilidades heredadas de la larga noche neoliberal, para producir los resultados esperados con los inmensos recursos invertidos. En segundo lugar, está en duda hasta dónde debe ir la acción estatal. La revolución metió al Estado en todo: creció el aparato, multiplicó ministerios, amplió burocracia y extendió sus ámbitos de acción, con resultados poco convincentes. Son muchos ya los indicadores que muestran los límites de la grandilocuente política alternativa a la de la larga noche neoliberal: bajo crecimiento, poca generación de empleo, poca reducción de la pobreza y de la extrema pobreza. No se trata de reivindicar el neoliberalismo, ni mucho menos, pero tampoco de celebrar, sin beneficio de inventario, el retorno del Estado como la piedra filosofal del desarrollo y la justicia. El riesgo es haber salido de un dogmatismo para caer en otro.

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