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JUBILACION Y DECEPCION

Por: Tema(s): En: Líderes 14 feb. 2005, p. 22Resumen: Hace casi 25 años, Chile se embarco en un experimento emulado por una veintena de países. En lugar de financiar las pensiones con un sistema en el que trabajadores, empleadores y Gobierno contribuyan, se persuadió a millones de personas a aportar el 10 por ciento de sus salario a cuentas privadas de inversión que ellas controlan. Ahora que se empieza a retirar la primera generación de trabajadores que dependerán del nuevo sistema, los chilenos se dan cuenta de que están muy por debajo de lo que se anunció en el gobierno de Pinochet. A pesar del éxito económico del programa, el Gobierno sigue canalizando miles de millones de dólares hacia una red de seguridad social para las personas que aportaban cantidades que no son suficientes para asegurar una pensión mínima mensual de 140 dólares. Muchos de los trabajadores de la economía subterránea, empleados independientes y temporales continúan fuera del sistema. Los defensores de una privatización parcial de la seguridad social en EE.UU. buscan superar los problemas de Chile. Sugieren establecer límites bajos a las cuotas que se cobra a los administradores de los fondos y proporcionar una parte del ingreso para el retiro en el sistema tradicional de pagos. Otros logros del sistema han sido la creación de un mercado de capital moderno y un freno al gasto deficitario del Gobierno. Pero, los críticos responden que el sistema privatizado ha sido menos exitoso para asegurar un retiro digno para los ancianos.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Líderes. 14 feb. 2005, p. 22 Disponible

Hace casi 25 años, Chile se embarco en un experimento emulado por una veintena de países. En lugar de financiar las pensiones con un sistema en el que trabajadores, empleadores y Gobierno contribuyan, se persuadió a millones de personas a aportar el 10 por ciento de sus salario a cuentas privadas de inversión que ellas controlan. Ahora que se empieza a retirar la primera generación de trabajadores que dependerán del nuevo sistema, los chilenos se dan cuenta de que están muy por debajo de lo que se anunció en el gobierno de Pinochet. A pesar del éxito económico del programa, el Gobierno sigue canalizando miles de millones de dólares hacia una red de seguridad social para las personas que aportaban cantidades que no son suficientes para asegurar una pensión mínima mensual de 140 dólares. Muchos de los trabajadores de la economía subterránea, empleados independientes y temporales continúan fuera del sistema. Los defensores de una privatización parcial de la seguridad social en EE.UU. buscan superar los problemas de Chile. Sugieren establecer límites bajos a las cuotas que se cobra a los administradores de los fondos y proporcionar una parte del ingreso para el retiro en el sistema tradicional de pagos. Otros logros del sistema han sido la creación de un mercado de capital moderno y un freno al gasto deficitario del Gobierno. Pero, los críticos responden que el sistema privatizado ha sido menos exitoso para asegurar un retiro digno para los ancianos.

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