EL BANANO Y LA OMC

En el transcurso de la presente semana se realizarà la segunda y última audiencia oral en el organismo de Solución de Diferencias, en la OMC, sobre el contencioso que lleva adelante el Ecuador en contra del régimen de comercialización de banano de la Unión Europea. Este reclamo jurídico es, sin duda alguna, el más importante en la historia económico-comercial internacional que ha manejado el país como protagonista. El Ecuador, en su sector bananero, tiene un grupo empresarial altamente competente, con niveles de productividad muy aceptables, que le deben asegurar el colocar exitosamente su fruta en cualquier mercado en donde no imperen razonez ajenas a su propia dinamia, o manejos sofisticados de discriminación, y menos aún, disposiciones que vayan en contra de los principios de igualdad de mercado que consagra la OMC. El Ecuador ha sustentado en sus conversaciones informales, consultas formales, y en sus planteamientos jurídicos, violaciones a las disposiciones de no discriminación, menoscabo en compromisos en materia de acceso a mercados, imposición ilegal de restricciones cuantitativas al ingreso de banano, así como distribución ilícita de contigentes arancelarios. Ha señalado además violaciones al Acuerdo General sobre Procedimientos del Trámite de Licencias Importación, por la ilegalidad en el manejos de las licencias A, B y C del Reglamento 404/93, y señala, aún más, que el Régimen de Importación de Banano de la UE atenta contra la intención del Acuerdo de la Agricultura. Finalmente, ha sido muy claro en explicar que ese règimen no reconoce los derechos de tratamiento especial y diferenciado a los países en desarrollo, especialmente consignado en el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios. Es decir, el país se ha sentido afectado y discriminado con el Règimen de Comercialización de Banano y el Acuerdo Marco existentes, lo que justifica plenamente sus plantemientos en derecho. La insistencia del Ecuador en el panel de la OMC busca lograr mejores condiciones a la entrada de banano ecuatoriano a la Unión Europea, así como mejorar su participación en uno de los mercados más seguros y sólidos del mundo, y fundamentado en la importancia económica que tiene el banano en el país.