NECESIDAD DE LA REFORMA

La reforma de la estructura del Estado que, a la postre, es la de la Constitución, ha sido caballo de batalla del presidente Gutiérrez, desde cuando era candidato, que ofreció, en las vehemencias demagógicas características de su campaña, una "Nueva República", esto es romper el esquema vigente. Sin embargo, el planteamiento de la reforma sigue envuelto en oscuridades; en cuanto a las reformas en sí, se habla de la rebaja del número de diputados, de una representación regional, e inclusive de la posibilidad de un régimen parlamentario aludiendo a las monarquías constitucionales y a los sistemas democráticos constitucionales al estilo Italia, en una confusión doctrinaria y jurídica. Se habla de que será necesaria una consulta popular; pero no se enfoca la forma en que se superará la oposición que seguramente se producirá en el Congreso, por más que hubiese mayoría oficialista, ya que los diputados no verían con agrado el planteamiento. La reforma estructural del Estado es algo muy serio y, además, constituye una necesidad histórica del país. Hay que ir a ella, y en este sentido, hay que reconocer la iniciativa del ministro de Gobierno, que ha puesto en discusión este problema tan importante. No es necesario coincidir en la propuesta en sí, pero sí es de justicia reconocer el mérito de haber propuesto la discusión.