PACTO SOCIAL, RACIONALIZACION DEL ESTADO Y REFORMA TRIBUTARIA

Balancear las cuentas fiscales es una necesidad imperiosa en que todos coincidimos, porque el déficit impulsa la inflación, desestabiliza el mercado monetario, presiona al alza la calificación de riesgo país y la tasa de interés, encarece el costo del crédito externo y la inversión foránea e impide la ejecución programada del Presupuesto de gasto e inversión, causante de descontento social y descrédito por incumplimiento de los compromisos adquiridos. ¿Cómo resolver el dilema de subir ingresos, bajar gastos o ambos, y en qué orden, para conciliar los intereses superiores de los ciudadanos con las demandas del FMI? El grado de deterioro en lo moral, ético, social y económico alcanzado, con niveles de corrupción y desempleo inimaginados, debería impeler en los estamentos de decisión política, social y en el empresariado sellar un Pacto Social de largo alcance. Este Pacto Social debería engendrar reformas estructurales para aliviar el peso del Estado y de la deuda, reducir la intervención estatal en la economía y fortalecer la gestión eficiente del Estado como regulador y controlador de la actividad privada, que permita reactivar la economía y el empleo e iniciar el circuito del bienestar.