LA VULNERABLE ECONOMIA DE LA REGION

América Latina enfrenta un panorama que aunque preocupante es más propicio. Lentamente, los responsables del manejo de nuestras economías parecen haber arribado a un diagnóstico común sobre las causas de la crisis y ser conscientes de nuestras vulnerabilidades y de las opciones para mitigarlas. A diferencia de viejas crisis, principalmente causadas por la recesión en los países desarrollados que afectaban los precios de nuestras exportaciones, hoy nos aqueja el súbito freno de los flujos de capitales. Esta sequía financiera, ajena al control de muchos de los países afectados ha determinado fuertes devaluaciones con caídas bruscas en el nivel de ingresos y empleo. Así los sistemas financieros resultaron debilitados y muchas empresas imposibilitadas de pagar sus deudas. Afortunadamente, América Latina está tomando conciencia de que debe cimentar su crecimiento en la fortaleza de sus políticas domésticas. Cada país enfrenta riesgos, pero parece estar surgiendo un consenso básico sobre las principales líneas de acción, que incluye la necesidad esencial de fortalecer los sistemas tributarios para otorgar sostenibilidad fiscal a un nivel de gasto social compatible con el alivio de la pobreza y la mejor distribución de oportunidades.