DESCONCIERTO FISCAL
Tema(s): En: El Comercio 22 dic. 2002, p. A. 4Resumen: El Ministro de Economía y Finanzas dijo que la economía fiscal -contra todos los presagios- no está deficitaria y por el contrario los resultados vaticinan un superávit. Tal pronunciamiento, pocos días antes de la entrega del mando, desconcierta a un pueblo que ha sido alertado de un desastre fiscal inevitable. Con esta sorpresiva afirmación resulta incomprensible que las negociaciones con el FMI, durante todo el año, no hayan sido favorables para obtener un crédito de 240 millones dólares y, por ende, el certificado de buena conducta fiscal indispensable para sobrevivir en este mundo globalizado; tampoco resulta claro que el Mandatario electo vaticine dolorosas inyecciones. No se trata de dudar de la palabra oficial o conjeturar que se está elaborando una coartada de salida frente a un próximo gobierno ingenuo. Todo lo contrario. Se exige una franqueza fiscal y una coherencia estatal, el Banco Central no comulga en la misma misa para conocer la situación financiera, real y global, del Estado. Necesitamos una verdad sustentada y verificable, ausente de maquillajes presupuestarios.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 22 dic. 2002, p. A. 4 | Disponible |
El Ministro de Economía y Finanzas dijo que la economía fiscal -contra todos los presagios- no está deficitaria y por el contrario los resultados vaticinan un superávit. Tal pronunciamiento, pocos días antes de la entrega del mando, desconcierta a un pueblo que ha sido alertado de un desastre fiscal inevitable. Con esta sorpresiva afirmación resulta incomprensible que las negociaciones con el FMI, durante todo el año, no hayan sido favorables para obtener un crédito de 240 millones dólares y, por ende, el certificado de buena conducta fiscal indispensable para sobrevivir en este mundo globalizado; tampoco resulta claro que el Mandatario electo vaticine dolorosas inyecciones. No se trata de dudar de la palabra oficial o conjeturar que se está elaborando una coartada de salida frente a un próximo gobierno ingenuo. Todo lo contrario. Se exige una franqueza fiscal y una coherencia estatal, el Banco Central no comulga en la misma misa para conocer la situación financiera, real y global, del Estado. Necesitamos una verdad sustentada y verificable, ausente de maquillajes presupuestarios.
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