LA TRAMPA DE LA PRUDENCIA FISCAL

La prudencia asoma como uno de los tres pilares que inspiran el actual manejo de la economía. Los otros son la ortodoxia y el conservadorismo. Y estas tres "virtudes capitales" encuentran su expresión más clara en el manejo de los ingresos que genera el petróleo. Por otro lado, también marchando por la senda de la prudencia, el gasto fiscal real no puede incrementarse sobre el 3,5 por ciento anual más el deflactor del PIB. La (i)lógica del FEIREP, que en este año acumulará US 600 millones, obliga a cerrar el desbalance presupuestario -previsto en el 2005 en 485 millones- con más deuda dentro y fuera del país. Asumiendo racionalidad económica por parte de los tenedores de deuda, se puede afirmar, entonces, que estos tendrán conocimiento de tal comportamiento oficial, lo que les garantiza la rentabilidad y seguridad de sus bonos de deuda en el corto plazo, razón por la cual dichos papeles se venderían por encima de su valor nominal. El subestimar deliberadamente los precios del petróleo, para atender las demandas de los acreedores, constituye parte de la trampa de la prudencia fiscal. Y esta supuesta prudencia -según Unicef- impide al Ecuador alcanzar antes de 47 años el nivel de inversión social per cápita de US 540 anuales promedio que el resto de América Latina tenía ya en el año 2001.