INFLACION Y SALARIOS

En noviembre el Índice de Precios al Consumidor Urbano creció en 0,33 por ciento, la inflación acumulada del año alcanzó 6,11 por ciento; se trata de niveles que la economía ecuatoriana no había registrado desde hace más de dos décadas. Sin embargo, la mayoría de la gente no lo cree, no lo admite y no alcanza a ver los beneficios de este hecho. Se puede ensayar algunas explicaciones para esta percepción: Primero, que la inflación sea menor no quiere decir que los precios bajen, sino que éstos han dejado de subir como subían anteriormente. Segundo, si bien el promedio de los precios casi ya no sube, hay ciertos precios que todavía suben a ritmos mayores y tienen un impacto significativo en la vida de las familias, entre ellos: salud, educación, agua y otros servicios. Tercero, cuando se revisa la evolución de la canasta familiar algunos productos contribuyeron a bajar la inflación, pero se tratan de productos como vestimenta, zapatos y otros que tienen un menor impacto en el giro diario de las personas. Más allá de las percepciones, la evolución de la inflación ha permitido recuperar el salario real y con ello los niveles de vida de muchas familias. Para el 2004 las cosas se ven mejor en materia económica, con el consecuente impacto positivo en empleo y, aún, con menor inflación. Sin embargo, es clave que el Gobierno se maneje con cautela y claridad en materia de salarios, para no causar presiones graves en la ejecución presupuestaria, que pueden comunicar un mensaje negativo a los agentes económicos que deben promover la inversión y el empleo.