EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL NO ACEPTA QUE PUEDE EQUIVOCARSE

Con la caída del comunismo se inició una época en que los gobiernos occidentales pudieron abocarse a unificar el sistema internacional para transformarlo en un régimen único, basado en los mercados libres y los gobiernos democráticos. Este proyecto es tan utópico como lo fue el proyecto marxista y promete ser bastante más efímero. Hoy el libre mercado global construido a raíz del colapso soviético también se está desintegrando, y por razones similares. Los neoliberales son deterministas económicos, al igual que los marxistas. Creen que todos los países están destinados a adoptar el mismo sistema económico y por tanto las mismas instituciones políticas. Esta ideología sustenta instituciones como el FMI, para el que la solución a los problemas de Argentina e Indonesia es la misma (convertirse en economías de libre mercado) aunque tienen problemas muy diferentes. Al momento del colapso comunista Rusia era un herrumbroso cinturón militarizado, pero el FMI estaba convencido de que podría transformarse en una economía de mercado al estilo occidental. No puede sorprender que un enfoque tan ideológico de política económica como el del Fondo haya fracasado. Indonesia está en ruinas, Argentina está dejando de ser un país del primer mundo y Rusia dejó atrás el camino neoliberal para tomar un camino más adecuado a su historia y circunstancias.