EN DEFENSA DEL LIBERALISMO
Tema(s): En: El Telégrafo 26 ago. 2000, p. A. 2Resumen: Una economía basada en el ejercicio del liberalismo, es incompatible con la vigencia del centralismo. Así, entidades como el Banco Central del Ecuador (BCE), o la Dirección de Aviación Civil, o empresas estatales como la Empresa Estatal Petróleos del Ecuador (PETROECUADOR) y sus filiales, u organizaciones como el Consejo Nacional de Electricidad (CONELEC) y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), simplemente no tendrían razón de existir en una economía liberal, debido a que sus concepciones privilegian a quienes están encargados de administrar esas instituciones, otorgándose arbitrariamente en nombre del pueblo, la potestad de decidir sobre el destino de sus patrimonios. Una economía liberal le habría puesto fin al dispendioso manejo de los recursos petroleros, función usurpada por sindicalistas del sector energético, para beneficiarse mediante contratos colectivos de las ventajas de disponer de la electricidad o del petróleo, pretextando el ejercicio de la "soberanía" sobre los recursos naturales.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Telégrafo. 26 ago. 2000, p. A. 2 | Disponible |
Una economía basada en el ejercicio del liberalismo, es incompatible con la vigencia del centralismo. Así, entidades como el Banco Central del Ecuador (BCE), o la Dirección de Aviación Civil, o empresas estatales como la Empresa Estatal Petróleos del Ecuador (PETROECUADOR) y sus filiales, u organizaciones como el Consejo Nacional de Electricidad (CONELEC) y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), simplemente no tendrían razón de existir en una economía liberal, debido a que sus concepciones privilegian a quienes están encargados de administrar esas instituciones, otorgándose arbitrariamente en nombre del pueblo, la potestad de decidir sobre el destino de sus patrimonios. Una economía liberal le habría puesto fin al dispendioso manejo de los recursos petroleros, función usurpada por sindicalistas del sector energético, para beneficiarse mediante contratos colectivos de las ventajas de disponer de la electricidad o del petróleo, pretextando el ejercicio de la "soberanía" sobre los recursos naturales.
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