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EL CAMINO HACIA LA DEMOCRACIA EN EL FMI

Por: Tema(s): En: Expreso 10 mar. 2005, p. 5Resumen: Los países con mercados emergentes desde Chile hasta China han sostenido desde hace un tiempo que el Fondo Monetario Internacional -el centro nervioso del sistema financiero internacional- debe ser más "democrático". Quieren más influencia política la próxima vez que el FMI decida rescatar a otro mercado emergente como Argentina, Brasil, Indonesia y Turquía (Desafortunadamente, por benignas que puedan parecer las condiciones actuales del mercado, sin duda, habrá una siguiente vez para algunos países). Mientras tanto, a medida que un nuevo "Consenso de Washington" de políticas económicas de las mejores prácticas surge inevitablemente, los países en desarrollo quieren sentir que ayudaron a diseñarlo, para bien o para mal. No podría estar más de acuerdo. La percepción del "déficit democrático" del FMI es un reto serio a la legitimidad política del Fondo y a su capacidad para estabilizar eficazmente situaciones críticas. Pero reconozcamos que la democracia real solo llegará cuando los países en desarrollo con ingresos medios estén dispuestos a respaldar su retórica soberbia con efectivo. Justo ahora es el momento para hacerlo, dado que Estados Unidos se ha convertido, sin rival, en el deudor más imprudente del mundo. Estados Unidos está consumiendo un colosal 75 por ciento del superávit mundial de ahorro. Estos países tienen que entender que sus demandas para que los países ricos tengan menos votos en el FMI son ingenuas, si no es que completamente hipócritas, a menos que estén apoyadas con dinero real. A fin de cuentas, mientras que el FMI esté en el negocio de los préstamos, necesita mantener a sus acreedores contentos. De otra manera, van a mudarse y el FMI (y su organización hermana, el Banco Mundial) van a tener una crisis propia. En general, yo creo que las políticas de rescate de un FMI más "democrático" serían muy parecidas a lo que son ahora. Después de todo, las leyes de la economía siempre van a forzar a los pródigos países deudores a adoptar medidas de austeridad. Si un país que ha estado pidiendo prestado como un borracho repentinamente ve que su crédito se seca, se apretará el cinturón -aumentando los impuestos, reduciendo el gasto, o haciendo ambas cosas- con o sin un prestamista internacional como último recurso. Talvez el trato del FMI mejoraría, talvez no.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Expreso. 10 mar. 2005, p. 5 Disponible

Los países con mercados emergentes desde Chile hasta China han sostenido desde hace un tiempo que el Fondo Monetario Internacional -el centro nervioso del sistema financiero internacional- debe ser más "democrático". Quieren más influencia política la próxima vez que el FMI decida rescatar a otro mercado emergente como Argentina, Brasil, Indonesia y Turquía (Desafortunadamente, por benignas que puedan parecer las condiciones actuales del mercado, sin duda, habrá una siguiente vez para algunos países). Mientras tanto, a medida que un nuevo "Consenso de Washington" de políticas económicas de las mejores prácticas surge inevitablemente, los países en desarrollo quieren sentir que ayudaron a diseñarlo, para bien o para mal. No podría estar más de acuerdo. La percepción del "déficit democrático" del FMI es un reto serio a la legitimidad política del Fondo y a su capacidad para estabilizar eficazmente situaciones críticas. Pero reconozcamos que la democracia real solo llegará cuando los países en desarrollo con ingresos medios estén dispuestos a respaldar su retórica soberbia con efectivo. Justo ahora es el momento para hacerlo, dado que Estados Unidos se ha convertido, sin rival, en el deudor más imprudente del mundo. Estados Unidos está consumiendo un colosal 75 por ciento del superávit mundial de ahorro. Estos países tienen que entender que sus demandas para que los países ricos tengan menos votos en el FMI son ingenuas, si no es que completamente hipócritas, a menos que estén apoyadas con dinero real. A fin de cuentas, mientras que el FMI esté en el negocio de los préstamos, necesita mantener a sus acreedores contentos. De otra manera, van a mudarse y el FMI (y su organización hermana, el Banco Mundial) van a tener una crisis propia. En general, yo creo que las políticas de rescate de un FMI más "democrático" serían muy parecidas a lo que son ahora. Después de todo, las leyes de la economía siempre van a forzar a los pródigos países deudores a adoptar medidas de austeridad. Si un país que ha estado pidiendo prestado como un borracho repentinamente ve que su crédito se seca, se apretará el cinturón -aumentando los impuestos, reduciendo el gasto, o haciendo ambas cosas- con o sin un prestamista internacional como último recurso. Talvez el trato del FMI mejoraría, talvez no.

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