RAZONES Y SIN RAZONES

Argentina acaba de cerrar un acuerdo con el FMI que ha impedido que esa nación incurra en un "default" lo cual hubiera provocado reacciones imprevisibles de los mercados y, quién sabe, un tratamiento de paria cerrándole todo tipo de acceso a los créditos del exterior. No hay que perder de vista que el gran aliado para alcanzar el acuerdo con el Fondo Monetario ha sido el gobierno norteamericano. Lo novedoso del convenio radica en que no se han aceptado, en su totalidad, las condiciones impuestas por ese organismo. Esto provoca que, inmediatamente, se condenen otros acuerdos suscritos por distintos países en los que las condiciones para su respectivo cierre han sido mucho más estrictas. Así, en el caso ecuatoriano, no existe espacio, para más impuestos salvo que se quiera estrangular al sector productivo. Tampoco se puede pensar en un mayor ajuste de las tarifas de los servicios públicos porque simplemente su valor es de los más altos de toda la Región mientras el servicio es de pésima calidad. Sí se debe, en cambio, esforzarse por reducir la masa salarial del sector estatal de la economía y buscar que las empresas públicas sean administradas de una forma técnica y responsable. De allí que nada es absoluto ni se pueden aplicar fórmulas uniformes para realidades diferentes. Lo sensato y patriótico es negociar hacia fuera y hacia dentro con esfuerzo y entereza para así lograr las mejores condiciones en beneficio de las grandes mayorías impidiendo que, en uno y otros casos, pequeños grupos sean siempre los beneficiados de transacciones por lo general, poco expuestas al conocimiento de la sociedad en su conjunto.