CORBATAS ROJAS PARA NEGOCIAR TLC

No se veía, hace mucho tiempo, una reunión de trabajo tan positiva, al punto de que hasta las escasísimas diferencias terminaron en acuerdos. Allí estaban, abarrotando una sala del Ministerio de Industrias, Comercio, Integración y Pesca -dispuesta para que todos pudiesen mirarse-, medio centenar de optimistas empresarios ecuatorianos de varias provincias, que acudieron a la invitación de otra optimista: la ministra Ivonne Baki. Pero el diálogo del miércoles, durante un almuerzo servido en una vajilla en la cual resaltaban los volcanes, las playas y el folclor ecuatoriano, bien puede significar un punto de inflexión para superar los escollos hasta firmar el Acuerdo con EE.UU. y que compartiremos con Colombia, Perú y Bolivia. La cita del miércoles tuvo tantas coincidencias, que hubo otra singular: la mitad de los caballeros asistentes lucieron elegantes corbatas rojas. La reunión del miércoles último dejó en claro que el país tiene que tomar decisiones dramáticas para lograr el Tratado de Libre Comerció (TLC) con EE.UU. Dos de ellas tienen que ver con el viejo tema de la carga laboral, que no es bien vista por el futuro socio; al igual que el pago del IVA petrolero. En otros campos, el país tiene que actualizarse, a marchas forzadas, en materia aduanera, en medidas sanitarias y fitosanitarias, en derechos de propiedad intelectual, en temas de legislación ambiental, y, sobre todo, para acabar con una carga que nos ha puesto en mal predicamento: el trabajo infantil.