PETROLEO Y DESARROLLO SOCIAL

El Estado sigue acumulando ineficiencias en el manejo de la política petrolera, de seguridad social, de reactivación económica, de vialidad, de generación eléctrica, de servicios de educación y salud, etc. Los pueblos se revelan, los jóvenes protestan y la inseguridad y violencia campean en calles y plazas. Pero la corrupción siempre tiene dos partes. El que corrompe y el que es corrompido y por lo mismo hace falta una cruzada de transparencia y austeridad para mejorar las condiciones sociales de todos los ecuatorianos. Todo este largo prolegómeno para afirmar que cualquier error o precipitación sobre el caso OXY sería fatal. El sector petrolero es clave para el país y el aporte privado con altas inversiones a partir de los 90 permitió entre el 2001 y el 2005 duplicar la producción de 61 a 122 millones de barriles mientras, que PETROPRODUCCION redujo la suya en un 15 por ciento. Con más de 4600 millones de barriles de reservas probadas somos los terceros más grandes de Sudamérica, pero para explotar esa riqueza necesitamos altas inversiones (US 6.400 millones) que permitan explotar más de 800 mil barriles diarios, recursos que el Estado requiere para afrontar con prontitud el rezago de servicios básicos, puesto que no podemos continuar con un ingreso per-cápita 50 por ciento del promedio de América Latina y también de todo el planeta, y con uno de los gastos sociales per-cápita más bajos del mundo. Lamentablemente la corrupción en todo lo que maneja el Estado permite anticipar que el lucro cesante de cualquier confiscación o decisión ilegal en el caso OXY, pueda alcanzar valores inimaginables. Por ello aplaudo como reconfortante la visión del Ministro de Economía de ubicar el tema petrolero en el punto real, que no es otro que la renegociación contractual para mantener su equilibrio en los términos en que se firmaron los Contratos cuando el valor del crudo pesado no excedía de 15,00. Con la misma filosofía por la cual los reajustes de precios en materia contractual preservan su equilibrio, el contrato con la OXY, debería revisarse para que en las fluctuaciones de precios el Estado sea beneficiado.