¿EL ESTADO PIERDE EL JUICIO?

Según relata la prensa, en el acto de celebración del aniversario de la Procuraduría General del Estado, el titular de la entidad, doctor José María Borja, habría dicho -a propósito del reciente bullicio por el arbitraje con la Occidental- que el Estado no volverá a perder un juicio. De ser cierta esa afirmación, sería una cosa magnífica la anunciada por el procurador General, pues significaría que estamos en camino de pasar a vivir en una nación en la que el Estado es en extremo respetuoso de las leyes y celoso cumplidor de los contratos que celebra, que el Estado no causará daños a sus habitantes y que las actuaciones y sentencias de la Función Judicial no tendrán errores graves que obliguen al Estado a indemnizar a los afectados. En síntesis, las palabras del doctor Borja no pueden tomarse en su tenor literal. Eso sería posible únicamente en un país idealmente respetuoso de las leyes, de los contratos y en general de los derechos de sus habitantes. No puede entenderse, pues, que el procurador General haya afirmado tamaña ingenuidad -o soberbia- ya que para llevar a la práctica esa aspiración habría que reformar inmediatamente la Constitución, dejando sin efecto, nada menos, todas las normas que obligan al Estado a indemnizar perjuicios cuando causa daños, a cumplir los contratos que celebra, y a respetar la seguridad jurídica. Y además a incluir, en la misma Constitución, una disposición que expresamente diga: "El Estado no perderá jamás un juicio", lo cual sería, eso sí, perder el juicio...