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LA SOLUCION NO ES CAMBIAR AL PRESIDENTE

Por: Tema(s): En: Hoy 10 mayo 2012, p. 4Resumen: Los rigores de la crisis y el errático manejo de los gobiernos, han empujado a gran parte de la población europea al borde del precipicio. Silvio Berlusconi, en Italia; Rodríguez Zapatero, en España; Giorgios Papandreu, en Grecia; José Sócrates, en Portugal y, últimamente, Nicolás Sarkozy, en Francia, entre otros, han sido puestos en la calle, en una suerte de revancha, a pesar de no tener la certera de que sin ellos la situación social mejorará. Europa vive uno de los momentos más dramáticos desde la Segunda Guerra Mundial: Unos 25 millones están en la desocupación y no hay visos de revertir las cifras, que estarían siendo usadas de pretexto para resucitar fantasmas del terrible pasado que fue superado con mucho dolor y sangre. Los académicos y los cientistas tendrían que trabajar hasta reinventar nuevos paradigmas. La economía debe girar en torno al ser humano, y no al revés, lo que implica que el BM, el FMI y BCE no pueden recetar a Europa la misma falsa medicina que, los dos primeros, impusieron en América latina, con rotundo fracaso. Todas las alertas están encendidas: la crisis es el germen de los populismos y hay que cortar por lo sano. Quizá Romano Prodi, quien presidió la Comisión Europea, tenga razón: Hay que relanzar Europa. Y es que no tiene sentido alguno que solo se apueste a cambiar presidentes, sin tener la certeza de que sus sucesores no reincidirán en las fórmulas probadamente erradas.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Hoy. 10 mayo 2012, p. 4 Disponible

Los rigores de la crisis y el errático manejo de los gobiernos, han empujado a gran parte de la población europea al borde del precipicio. Silvio Berlusconi, en Italia; Rodríguez Zapatero, en España; Giorgios Papandreu, en Grecia; José Sócrates, en Portugal y, últimamente, Nicolás Sarkozy, en Francia, entre otros, han sido puestos en la calle, en una suerte de revancha, a pesar de no tener la certera de que sin ellos la situación social mejorará. Europa vive uno de los momentos más dramáticos desde la Segunda Guerra Mundial: Unos 25 millones están en la desocupación y no hay visos de revertir las cifras, que estarían siendo usadas de pretexto para resucitar fantasmas del terrible pasado que fue superado con mucho dolor y sangre. Los académicos y los cientistas tendrían que trabajar hasta reinventar nuevos paradigmas. La economía debe girar en torno al ser humano, y no al revés, lo que implica que el BM, el FMI y BCE no pueden recetar a Europa la misma falsa medicina que, los dos primeros, impusieron en América latina, con rotundo fracaso. Todas las alertas están encendidas: la crisis es el germen de los populismos y hay que cortar por lo sano. Quizá Romano Prodi, quien presidió la Comisión Europea, tenga razón: Hay que relanzar Europa. Y es que no tiene sentido alguno que solo se apueste a cambiar presidentes, sin tener la certeza de que sus sucesores no reincidirán en las fórmulas probadamente erradas.

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