SUCRETIZACION DOLARIZADA O VICEVERSA

El 29 de marzo de 2006, nuestro actual presidente de la República, doctor Alfredo Palacio, conformó una comisión compuesta por seis ciudadanos, provistos de cierta preparación académica y probada conducta cívica, para que analizara la conflictiva situación del país frente a las exigencias incontrolables de la llamada deuda externa nacional. Fundamental expresión, nacida del estudio del caso, fue la primera impresionante constatación de fondo. Desde la época del régimen petrolero del general Rodríguez Lara hasta nuestros días, ninguna entidad nacional de control realizó una auditoría que justificara ante la conciencia nacional y el conocimiento ciudadano, sobre todo popular, cuál es, qué volumen alcanza, qué condiciones de exigencia nacional e internacional se acumulan sobre la imagen de esta deuda, ambiguamente presentada como redentora o como crucificadora de la libertad patria. El análisis de la llamada deuda externa nacional demuestra y lo prueban los investigadores, un grave error de base en cuyas exigencias hemos caído todos los gobernados y gobernantes ecuatorianos: la deuda es un mecanismo de dominio; es el instrumento de fascinante capacidad de movimiento y sanación inmediata de todas las dolencias padecidas por gobernantes y gobernados, que endeudándose a un poder verdugo, consiguen hipotecar para siempre a él su libertad de gobierno, su personalidad de pueblo libre y sus proyectos de justo y sustentable desarrollo.