PROBLEMAS COYUNTURALES Y DE LARGO PLAZO
Tema(s): En: El Telégrafo 7 nov. 2000, p. A. 5Resumen: La densa como profusa publicidad que se realiza en Ecuador sobre la necesidad que se tiene de producir cada vez más, de ser más competitivos, de modernizar al país, suele frecuentemente hacer olvidar o al menos soslayar una serie de elementos que están comprometiendo seriamente el futuro vital del país. En el empeño febril que se realiza por convencer de las bondades del aperturismo, de la atracción de las inversiones extranjeras a nuestro territorio, de la conveniencia de adelgazar al sector estatal, de desregularizar las actividades financieras, de flexibilizar al mercado laboral, de confiar ciegamente en la bondad de las fuerzas del mercado, se olvida de identificar a los beneficiarios de esta publicidad y, también, de someter a una mínima confrontación con la realidad a los planteamientos neoliberales que se difunden con tanta frecuencia. No creo que quepa duda alguna sobre que la asombrosa publicidad de los planteamientos aperturistas y neoliberales son de interés de quienes concentran el poder económico. Es que la íntima conexión entre economía y política determina que el poder no se reduzca solamente al ámbito económico sino que se proyecte también a otras esferas como las sociales, culturales y políticas. Pero lo más grave de este panorama es quizás el hecho de que, en la perspectiva de enfrentar los problemas de la crisis y de la coyuntura, se olvida de otros de enorme significación como son, por ejemplo, el aumento de la desigualdad económica y social tanto al interior de nuestros países como entre los países desarrollados y atrasados. Esta desigualdad, según informaciones proporcionadas por las Naciones Unidas, fue de 35 a 1 en 1950, pasó a 44 a 1 en 1973, y se elevó a 72 a 1 en 1992.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Telégrafo. 7 nov. 2000, p. A. 5 | Disponible |
La densa como profusa publicidad que se realiza en Ecuador sobre la necesidad que se tiene de producir cada vez más, de ser más competitivos, de modernizar al país, suele frecuentemente hacer olvidar o al menos soslayar una serie de elementos que están comprometiendo seriamente el futuro vital del país. En el empeño febril que se realiza por convencer de las bondades del aperturismo, de la atracción de las inversiones extranjeras a nuestro territorio, de la conveniencia de adelgazar al sector estatal, de desregularizar las actividades financieras, de flexibilizar al mercado laboral, de confiar ciegamente en la bondad de las fuerzas del mercado, se olvida de identificar a los beneficiarios de esta publicidad y, también, de someter a una mínima confrontación con la realidad a los planteamientos neoliberales que se difunden con tanta frecuencia. No creo que quepa duda alguna sobre que la asombrosa publicidad de los planteamientos aperturistas y neoliberales son de interés de quienes concentran el poder económico. Es que la íntima conexión entre economía y política determina que el poder no se reduzca solamente al ámbito económico sino que se proyecte también a otras esferas como las sociales, culturales y políticas. Pero lo más grave de este panorama es quizás el hecho de que, en la perspectiva de enfrentar los problemas de la crisis y de la coyuntura, se olvida de otros de enorme significación como son, por ejemplo, el aumento de la desigualdad económica y social tanto al interior de nuestros países como entre los países desarrollados y atrasados. Esta desigualdad, según informaciones proporcionadas por las Naciones Unidas, fue de 35 a 1 en 1950, pasó a 44 a 1 en 1973, y se elevó a 72 a 1 en 1992.
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