REDUCIR LA POBREZA

No es posible que aún creamos que podemos seguir relegando al sótano la necesidad de implementar la ciencia como factor de apoyo a la sociedad y no viceversa. Debería ser concebida como un servicio público, de similar forma a la manera como deben consagrarse (ya que desgraciadamente no ocurre ello) la salud y la educación. Son importantes temas que deben ser discutidos y contextualizados en una concepción armónica con el desarrollo humano sustentable, concepto tan repetitivamente mal usado, por falta de la convicción necesaria. La carencia de una orientación adecuada de la demanda de la ciencia y tecnología, hacia nuestras necesidades, motiva que esta sea urgentemente incorporada dentro de una agenda propia de una Política de Estado, para que sea clave en la educación para incorporar una ciudadanía responsable, acoplada al desarrollo del país, con los recursos humanos que puedan acoger las necesidades de una sociedad competitiva. Por otro lado, si queremos atraer la inversión, las empresas requieren de personal calificado, a todo nivel, incluido el científico y es notorio que las empresas internacionales concentran su inversión en aquellos centros que les puedan ofrecer el recurso humano más capacitado y calificado. Bajo este contexto, no solo se genera una estabilidad macroeconómica, sino que, se potencial la capacidad técnica en todos los niveles educativos y laborales.